pai-mei
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Señala los puntos en los que te reconoces en vez de patalear.
A excepción del übersabandeño miliu no se lo ha leído ni tu madreeeeeeeeee.
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Me he dormido a mitaaaaaaaaaaaaaaaaadA excepción del übersabandeño miliu no se lo ha leído ni tu madreeeeeeeeee.
Troy las va a pasar canutas con el gineceo que tiene montado en casa.
Una de mis fantasías es destrozarle la cabeza a puñetazos.
Puta gorda desquiciada con cara de vinagre.
Más le vale morirse antes que mi padre, porque si no la dejaré que se pudra sola en casa, hasta que los vecinos llamen a la policía por el olor de su cadáver en descomposición.
Igual se lo merece.
No sé, mi madre me llama de vez en cuando, me deja camelar como yo camele y no me da sermones sobre lo que hago o dejo de hacer.
De tu post, quitando lo que es particular en tu caso, me quedo con las tres palabras que son claves en toda madre castradora. Hay más, pero desde luego estas tres se dan en todos los casos que yo he visto: tutela, control y fiscalización. Las tres van de la mano.
Tutelar, nos dice el diccionario, es "cuidar de la persona y los bienes de aquel que, por minoría de edad o por otra causa, no tiene completa capacidad civil". Uno, conforme va creciendo y va haciéndose primero adolescente, luego joven y luego adulto, debe ir adquiriendo esa capacidad, esa competencia para ocuparse de sus propias cosas. Las madres castradoras no dejan que el niño adquiera competencia ni capacidades, le mantienen siempre bajo su amparo y su cuidado, tratándoles con desacuerdo a su edad. Para ello utilizan el control, porque no se puede escapar nada a su control, si no corremos el riesgo de que el niño obre y piense y juzgue y tenga criterio propio para sus cosas y, lo que es más terrorífico, que no sea el mismo que el nuestro o incluso -dios no lo quiera- el contrario. Y por supuesto hay que fiscalizar cada cosa que hace, cada paso que se da, porque cada paso que se da que no está visado previamente por momó o autorizado o aceptado o incluso directamente instigado, es una potencial rebelión. Y así tenemos a tíos de cuarenta años que son incapaces de comprarse unos pantalones sin que mamá les dé el visto bueno, aunque mamá no tenga criterio y luego vayan hechos unos adefesios igual, o que si se tienen que comprar un colchón lo primero que piensen es ir a comprarlo con mamá porque es mamá la que controla, porque mamá sabe más siempre. Sí, @Ferris, hablo de ti, que cuando se te dice de irte de viaje y ver mundo tu respuesta es "no porque menudo disgusto se va a llevar mi madre". Con cuarenta años que tienes.
Al final, de tratar al hijo como un incompetente, consiguen que este realmente lo sea. Si lo peor que pasara es que no saben comprarse unos pantalones, no sería un drama. El problema es que de lo demás tampoco, porque nunca jamás se han desarrollado más allá de la infancia. Nunca han adquirido las competencias para enfrentarse a la vida, a lo cotidiano, o a los grandes retos que la vida plantea. Nunca desarrollan capacidades. Nunca un criterio propio. Se consigue un hijo con un mundo reducido que orbita alrededor de momó (fuera de las fronteras de su falda hay leones) y un inválido vital que es incapaz de relacionarse en términos de igualdad con el resto de la gente y con el mundo. Muchos de estos te rebaten que no, porque tienen un trabajo adulto, y eso un niño no lo tiene, sin darse cuenta de que ese trabajo no es muy distinto a cuando un niño va al cole: sale de la falda de mamá, hace sus cositas en el trabajo y luego vuelven con mamá. Suelen ser además trabajos en los que su actividad es pasiva, monótona, controlada, repetitiva, controlada, porque naturalmente un trabajo ejecutivo y de toma de decisiones no les iría bien: no pueden llamar a su mamá a ver qué opina ella.
He visto a madres ir a matricular a los niños a la universidad con ellos de la mano. He visto a tías de veintiocho años volviéndose a casa a las diez de la noche porque si no mamá se preocupa. He visto a hijos creer que su deber es obedecer siempre y en todo caso a sus padres y que no conciben hacer algo que no esté autorizado por ellos, ni siquiera vestir diferente. Madres encontrarse con sus hijos treintañeros en la calle y colocarles la ropa y decirles que mira cómo me llevas el jersey. Madres que no dejaban a su hijo adolescente afeitarse "porque si no te sale más barba", haciéndose la ilusión de poder impedir hasta el crecimiento físico del chaval; qué es eso de que no sigas siendo un niño, ni se te ocurra hacer algo que haga que te pueda salir barba. También vi una vez, y me quedé helado, cómo un tío ya con los huevos negros dejaba que su madre sacara un pañuelo y lo mojara con la punta de la lengua para quitarle una manchita que tenía en la cara.
Es de un egoísmo brutal. Traer a una persona al mundo para moldearla a tu gusto, para domesticarla como si fuera tu perro, cortarle las alas, asegurarse de que no va a volar ni muy lejos ni sin tu permiso, tenerlo bajo la bota y manejarlo como un títere, como una cría que arrastra a su muñeco y le dice cómo ponerse, qué hacer, qué decir y hasta qué pensar y le regaña si se sale de la línea.
Y cuando pase eso se te caerá el mundo encima y darás lo que sea por sólo un momento a su lado, las llamarás y te dirán que están ocupadas y el día que puedan quedar una mañana para tomar café o que llamen a tu casa y la veas por el telefonillo se te caerá una lágrima gorda como cabeza de Benito.Les pienso dar todas las facilidades del mundo para que abandonen el nido CUANTO ANTES y me pueda dedicar a discutir SÓLO con mi mujer y los tipos de la tienda de planta para el huerto.
Es de lo más acertado que he leído en este foro, lo que no quita para seguir queriendo a tu madre ( y a tu padre) a pesar de sus defectos.Tener un hijo no es tener compañía de por vida, ni un sirviente, ni un autómata que hace lleva la vida que tú quieres.
Estás creando gente que, por lo menos, sea capaz de valerse por sí misma.
Aquí nadie dice que haya que despreciar a las madres o ignorarlas. Hay una distancia muy grande entre ser el niño de mamá con cuarenta años y darles de hostias o abandonarlas.Es de lo más acertado que he leído en este foro, lo que no quita para seguir queriendo a tu madre ( y a tu padre) a pesar de sus defectos.
Eso es porque la quieres.Yo lo mismo, lo expliqué en algún hilo.
Madre loca como la de tantos aquí. La única diferencia que veo es que los chantajes emocionales conmigo surgen efecto y con vosotros no. Habéis sabido apartar eso sin que os afecte.
¿¿¿¿Que son un producto woke??????Madres castradoras las habrá pero son un producto woke
Chacho, que madres castradoras son las que joden la vida a un hijo y lo convierten en un zombi obeso a los 40 años , esas son minoría, igual que el que convive con dos lesbianas , el que se mete a una secta, le da por ser alcohólico o drogadicto, pederasta o le gusta disfrazarse de personaje de bola de dragón , son producto de la desestructuración de la familia , el relativismo moral y la ausencia de valores sanos a su alrededor.¿¿¿¿Que son un producto woke??????
¿A ti te parece que la madre de un tío de hoy día de cuarenta años castrado, una señora de sesenta y muchos o setenta, es un producto woke? ¿A ti te parece que la suegra o la madre de @miliu son woke? ¿A ti te parece que la madre de un solterón de sesenta años que no sabe ni vestirse y que vive con ella es woke?
Madres castradoras ha habido toda la puta vida, qué cojones woke ni qué cojones woke, qué tontería es esa, hombre.
Claro que son minoría, ya sólo faltaría, pero no son wokes. Las madres castradoras no son wokes ni cosa que se le parezca.Chacho, que madres castradoras son las que joden la vida a un hijo y lo convierten en un zombi obeso a los 40 años , esas son minoría, igual que el que convive con dos lesbianas , el que se mete a una secta, le da por ser alcohólico o drogadicto, pederasta o le gusta disfrazarse de personaje de bola de dragón , son producto de la desestructuración de la familia , el relativismo moral y la ausencia de valores sanos a su alrededor.
La mayoría de las madres aceptan la marcha del hijo.
Y no es una tontería cualquiera , es la del domingo por la tarde, señor.
Te doy la razón ILG , pero es typical spanich en una conversación si alguien dice negro que otro diga blanco sin admitir que está el marrón en medio, polarizar cualquier debate.
Madres castradoras las habrá pero son un producto woke , lo mismo que existen padres irresponsables , son excepciones a la regla, lo que si hay es un individualismo que relega a los ancianos a las residencias para que no molesten y parejas que tienen una mascota por no tener huevos a tener hijos, por egoísmo.
El concepto de familia y sentimiento hacia ella es algo que se lo han cargado.
Eso es porque la quieres.
Sí, madres locas son excepcionales pero... no tanto.
Cuando te abres un poco el "yo tengo una madre loca" lo vas escuchando de tanto en tanto. Este hilo es muestra de ello.
Que la mayoría no son así, pues sí, pero que hay más de las que creéis los que creéis que son una de cada un millón, también.
Es acojonante que ves detalles clavados en este hilo.
Hace años @Gina Gross por ejemplo dijo que en su adolescencia su madre le arrancó todos los posters de su habitación de un grupo musical de tercera fila al que ella seguía seguido de hostia y escándalo a gritos, "y quitatelos de la cabeza bla bla", y eso pasó justo con mi hermana. Calcado. Lo mismo.
Mi hermana seguía a un grupo musical de mierda, mi madre no lo soportaba, hasta el día en que con furia arrancó todos los pósters, y a grito pelado "imbécil deja de ir detrás de estos tíooooos".
Iba con sus amigas a conciertos, cuando presentaban un disco iban a firmarselo, y creo que mi madre tenía miedo de que se la tiraran, porque no eran los Rolling Stones, eran unos matados que tenían unos pocos de cientos de adolescentes detrás, y efectivamente a una amiga de mi hermana el cantante si que se la cepillo. Y entiendo que las madres saben de que va eso y odian la idea que el cantante mindundi pseudo famoso se folle a su hija y la deje tirada.
Pero da miedo comprobar las similitudes en episodios tan específicos.
Sobre esto también hay mucha tela que cortar. En no pocas ocasiones otros miembros de la familia también contribuyen al tema. Conozco, muy de cerca, el caso de una tía que tiene ahora veinticinco años que a la que saca los pies del tiesto recibe la visita de sus tías solteras (dos), hermanas de su madre, que le leen la cartilla y le dicen que ella DEBE obedecer a lo que dice su madre, que para algo es su madre y ella su hija. Actúan como perros guardianes de la madre, y allí que se le presentan a echarle la charla a dúo. Hasta le mandan correos electrónicos que empiezan rollo "Querida Pepita, nos hemos enterado de lo que le has dicho a tu madre y creemos que..." y continúan con un chantaje emocional de lo puto peor.sino de otros miembros de mi familia.
Ver el archivos adjunto 128364
Yo he estado sometido a mi madre durante muchos años. Es una mujer maniática y durante muchos años me he sentido castrado por ella, sí. Quizás esa actitud castrante haya sido fruto de la sobreprotección más que de una mente desequilibrada. Al fin y al cabo siempre he sido una persona con problemas mentales y esto ha condicionado mucho las cosas. Mi madre nunca entendió mis problemas y nunca hizo nada constructivo para ayudarme a sobrellevarlos. Siempre he pensado que ella me hubiera podido ayudar mucho si me hubiera estimulado de la manera adecuada, pero siempre reforzó mis conductas de aislamiento social. Creo que la preocupación por tener un hijo adicto a internet que siempre estaba en su habitación pasó a ser algo positivo. Yo le hacía compañía, no le daba problemas, no le costaba dinero, daba disgustos... Teniendo en cuenta que es viuda, pues creo que yo cubría buena parte del vacío que dejó mi padre en la casa. En épocas la odiaba porque la veía como una persona ruin, tacaña, que odiaba a todo el mundo pero luego ponía buena cara. En mi casa era habitual que se hablara con desprecio de todo el mundo que se encontraba en nuestro círculo social y familiar. Yo estaba acostumbradoa oír, ver y callar. Cuando me relacionaba con mis tíos y primos nunca sabía si lo que iba a decir sería adecuado, así que no hablaba mucho.
La principal forma de sometimiento en los años más oscuros era económica. Durante muchos años yo no trabajé y por lo tanto no tenía dinero propio ni para pagar las facturas de mi teléfono móvil. Cuando me saqué el carnet, instigado por ella (yo no tenía mucho interés, pero me lo pagó) la gasolina la echaba de diez euros en diez euros, y sólo cuando ya se me encendía la reserva o estaba cerca. Yo no usaba el coche para nada más que para ir al psiquiatra y llevarla a algunos sitios. Una de las cosas que más me humillaban era que tenía que ir en verano al pueblo por lo civil o por lo penal. Que se fuera ella y me quedara yo solo en casa era impensable, porque yo no sabía valerme por mí mismo, la casa iba a estar hecha un desastre y "no eran apaños". Aunque me sentía humillado y dolido siempre cedía porque en el fondo no tenía otra opción. Me sentía atrapado y anulado. "Qué más te da estar aquí que allí, si no haces nada". Yo no tenía vida social, no trabajaba ni estudiaba y tenía que hacer lo que ella decía. Podría haberme negado pero el chantaje era muy fuerte, nunca forcé la situación al límite. Me tragaba la frustración y la ira y asumía mi papel de última mierda, de persona sin valía ni honor.
Irme de casa ha sido un gran alivio en todos los sentidos y mi relación con mi madre ha mejorado mucho gracias a esto. Antes no era posible ni hablar por teléfono sin que ella asomara la cabeza por la puerta al escucharme hablar y preguntara en voz alta que con quién hablaba, lo cual me parecía de poquísima educación y de nulo respeto hacia mí. Lo peor es que yo me sentía culpable cuando me rebelaba y recibía chantaje psicológico no sólo de mi madre, que se hacía la víctima, sino de otros miembros de mi familia.
No voy a negar que allí faltaba mi padre para dar cuatro voces y poner a mi madre en su sitio, y a mí darme dos hostias para que espabilara y me comportase como un hombre en vez de como un mierda. Pero claro, yo estaba profundamente deprimido, incluso diría que esta situación no era el mayor de mis problemas. No era capaz de encontrar un trabajo decente, me apuntaba a ofertas de empleo de teleoperador y no duraba ni un mes. Esos trabajos son insufribles para alguien como yo. Un psiquiatra que tuve me hizo ir a un Centro de Rehabilitación Laboral, donde se simulaba un entorno laboral y me hacían seguimiento un psicólogo y un terapeuta ocupacional que era un mendrugo. Esto también me resultaba muy humillante, pero era lo que tenía que hacer porque si no ponía de mi parte nunca iba a tener un trabajo. Acabé odiando trabajar y esto sumaba más a la bola de nieve de mi situación en casa y mi autoestima. Yo era una persona anulada.
Ahora puedo ver todo esto con cierta perspectiva. Tampoco voy a negar mi síndrome de Norman Bates, que es una teoría que tengo. Norman parece estar dominado por su madre como yo lo estaba. Nuestras situaciones tenían mucho en común. Lo que ocurre es que Norman mató a su madre porque ésta intentó rehacer su vida con otro hombre y la suplantó porque él necesitaba vivir bajo esa opresión. A mí me ocurría y me ocurre algo similar. Lo que mi madre no podía reprimir lo reprimía yo mismo. Para que una madre castre a un hijo, la madre tiene que se una hija de puta y el hijo tiene que dejarse castrar. El conflicto definitivo, el punto en el que uno pasa de ser el querido hijo a ser un cabrón y un hijo de puta que no tiene respeto, es demasiado doloroso para algunos de nosotros, es insoportable y es preferible vivir anulado. Al fin y al cabo, piensa uno, no se pierde nada de valor, no quiero vivir como viven los demás, me da lo mismo ser independiente o no, no tengo interés en nada salvo en forear en completa libertad y leer, ver alguna peli, jugar a algún videojuego... y poco más.
En conclusión, no hay que menospreciar ni simplificar todo esto. Es una problemática que saca a la superficie lo más profundo de nuestra esencia, es psicología profunda. A pesar de todo esto yo quiero mucho a mi madre y la veo como alguien vulnerable que no tiene más que a sus hijos en este mundo. Ella no sale más que con mi hermana mayor a comprar, no se relaciona con nadie más allá de la cháchara con las vecinas y un grupo de whatsapp con amigas de la infancia del pueblo, lleva 23 años sin su marido, su principal entretenimiento es ver la telebasura de T5, no tiene cultura, no tiene curiosidad, es una persona sencillísima y yo admiro esa sencillez. Me da mucha lástima que esté sola y sé que aunque ella ha sido un problema para mí yo no he sido capaz de poner cada cosa en su sitio y me he dejado someter.
Por mi parte creo que agua pasada no mueve molino, ella afronta la última etapa de su vida y yo voy a estar con ella pase lo que pase.
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