Recuerdo tres ocasiones en los que una mami intentó obtenerme como pareja.
En la primera ocasión, yo acababa de empezar a trabajar de autónomo, y la madre de esta mami, que me conoce, debió pensar que tener una empresa de construcción era el grial (estábamos en plena expansión de la burbuja inmobiliaria), así que se ocupó de "venderme" a su hija como la panacea, y al bebé de menos de un año, como una criatura angelical que "nunca molesta, y seguro que será un angelito el día de mañana".
La hija en contreto, la mami, acababa de romper con su NOVIO (no se casó con ella, pero si se fue a vivir a casa de ella y de la madre), pues este no sólo no tenía medios de mantener a "su familia", madre incluida, sino que le iban más otros rollos, como la movida de la noche, aderezada con farlopa (a la que la mami también era asidua, que de todo se entera uno).
Dicha mami, de veintiseis añitos y de buen ver por aquel entonces, se notaba que conmigo no quería nada de nada. Vamos, que yo no le gustaba, pero su pose, mirada y gesto de resignación, decían que sí, que estaba dispuesta a "sacrificar" su vida conmigo, a cambio de una supuesta seguridad económica para ella y su hijo, al que, para ser sinceros, no parecía prestar especial atención, pues el poco tiempo que estuve en su piso (mejor no cuento como la abuela me convención para pasar allí tres horas, porque es de alucinar), el niño apestaba a mierda que daba gusto, y fue la abuelita la que, mirando a la mami con desprecio y reproche, se lo tuvo que llevar al baño a cambiarlo.
Total, que la cosa estaba clara, y con la sugerencia de la madre de "anda, iros a tomar un café y hablais", y la hija diciendo "voy a coger el bolso". Yo puse como excusa que tenía un curso de planos (en realidad, era cierto, aunque hubiera tenido tiempo para ese café), y que no podía faltar, que ya me pasaba mañana por si le apetecía tomarlo (lo dije con convicción, para que me creyeran, y se apiadaron de mí dejándome ir). Por supuesto no volví a aparecer por allí, y actualmente no me hablan.
Si... ella encontró un "padre y marido" dos meses después.
Segundo caso:
Pues fue por internet, hablando el año pasado con una de treinta y cinco, sevillana, rubia, de muy buen ver, sorprendentemente amigable y gran conversación. De hecho, estaba mosqueado porque aquello parecía demasiado bueno para ser cierto. ¿Cual era el truco?.
El truco vino al cambiar cada cinco o diez minutos de foto, y mientras yo elogiaba su cara de colegiala, buen cuerpo y pinta de buena persona y chica inteligente, que las fotos pasaron de mostrarla a ella sóla, a mostrarla con el churumbel.
Yo lo pillé a la primera, y me dediqué a elogiar a la criatura, que a decir verdad era adorable, un niño rubio precioso, y que de hecho, para que voy a mentir, me encanta jugar con los niños (con los niños de otros de los que yo no soy responsable, ¿me oís, foreras?).
La chica era una canastita de felicidad, hasta que en una de las frases en que se contenía un "mi hijo", la interrumpí bruscamente.
- AH, ¡¡¡¿PERO ESE NIÑO ES TUYO?!!!, ¿¿¿ESTAS CASADA???.
- No no no no no no no no, soy separada, SOY LIBRE.
- ¿Pero el niño es tuyo?.
- ...si.
- Vaya, pues ya te digo, es un encanto.
Alivio por su parte, y un.
- Me habías asustado.
- ¿porqué?.
- Pesaba que te no ibas a querer nada, por eso no te dije que tenía un hijo hasta ahora.
(en realidad no me lo dijo, me lo mostró a ver qué decía yo, pero no seamos puntillosos en el asunto?).
- Bueno, la verdad es que yo nunca podría formar pareja con una chica que tuviera un hijo, no te voy a mentir, pero el niño es un encanto, y podemos ser amigos.
NO CONECTADA
La tercera historia
Una chica, vecina mía, casada y divorciada, hace unos meses, de buenas a primeras, empieza a mirarme mucho, y a saludarme, cuando en su vida se había dignado mirarme, o si bien lo había hecho, era con desdén.
Digamos que como buena vecina, estaba enterada de las andanzas de sus compañeros de barrio, y sabía que mi posición económica era últimamente más que buena, y que iba a ser mejor, amén de que estaba soltero, y de que, a fin de cuentas, me mide 19 cm. (si, amigos, ME INSINUÓ CLARAMENTE QUE LO SABÍA, el cómo me lo reservo, que ya voy a contar mucho).
Bueno, pues el tema es que la vecina me empezó a tirar los tejos brutalmente, en plan "voy a dejar que me folles, siempre que vayas en plan formal conmigo, así que te voy a someter al tercer grado y si pasas la prueba, usando el sexo, te llevo al altar".
Me temo que no, que no pasé la prueba.
En fin, con estos lamentables casos, vengo a decir que coincido con ILG. Pero ojo, también digo que en casos de desesperación absoluta y de falta de pan, buenas son tortas, madres con hijos, o abuelas octogenarías, que los instintos pueden más que la razón en muchas ocasiones, y que cuando hay hambre, nos comemos unos a otros. Así que me parece bien la actitud ILGiana, pero siempre teniendo en cuenta, que dicha actitud es fruto de que tiene otros recursos para mantener controladas sus necesidades, y que a falta de esos otros recursos, todos tragamos con lo que sea, en teoría.
Pero mientras se pueda, incluso en casos ya extremos, mejor una prostituta que una madre soltera, es mi humilde opinión.