Me sumo a los detractores de Nolan. El cabrón quiere evocar a Kubrick con su frialdad y no es capaz ni siquiera de aportar el negrísimo humor que en no pocas ocasiones aportaba el barbas. Desde origen su cinematografía consiste en guiones enrevesados a propósito, con innumerables capas y sobrexplicaciones, para conseguir que un espectador vulgar, cuando no abiertamente tonto, se crea inteligente. Todo lo contrario a Kubrick, cuyas producciones podían dar para debate por su trasfondo o hallazgos visuales, pero no dejó de ser nunca un cineasta muy clásico. Que el autor de Dunquerque crea que puede acercarse al de Senderos de Gloria merece pena de catapulta. La ironía de que uno retrate un episodio vergonzoso de la PGM y el otro se saque un panfleto sobre una derrota venida como victoria les define perfectamente. Con Interstellar busca su propio 2001 y lo que consigue es una película tediosa y críptica, pese a que en la de 2001 apenas se tercie palabra durante 2/3 de su metraje.
La lista de Schindler si me parece uno de los ejemplos de libro de sobrevalorada. Es pura pornografía emocional, repugnante, y un insulto a quienes si se han acercado al Holocausto con honestidad y crudeza. Y una cosa es despreciar a los conspiranoicos de Planes Kalergi, protocolos de Sion y demás y otra negar que Spielberg sabía a por lo que iba en pos del Óscar (ya intentó la jugada con El Color Púrpura). El premio a a esa basura que es La Vida es bella tampoco lleva a engaño, y encima con los cojones de premiar a Benigni una edición en la que estaban nominados Nick Nolte e Ian McKellen por trabajos excelsos. En cambio El pianista si me parece una película digna de los elogios merecidos, además de los galardones recibidos por Brody.
Para mi, otra sobrevalorada por excelencia es Salvar al soldado Ryan. Si, blao blao espectacular arranque en Normandia , pero a partir de ahí una peli ramplona con un final sonrojante. Y el comienzo de Spielberg y Hanks de sus incursiones post caída del muro de hacernos creer que la SGM la ganaron unos chicos de Iowa. Aquel mismo año se estrenó (y compitió en los Oscar) La delgada linea roja, que si es una película bélica soberbia y valiente. Que si, puede resultar tediosa, pero no es burda y tramposa. Además de brindarnos un Malick poderoso visualmente pero al que todavía no se le había ido la cabeza.
El caso de Lynch no me parece justo enfocarlo como sobrevalorado. Sabe un montón de cine clásico, se conoce al dedillo sus recursos. Pero es un autor muy personal, totalmente., y no se lo va a poner fácil al espectador. O entra en su juego o lo expulsa, no hay término medio. Y por ello ni es pretencioso ni el espectador es tonto. No olvidemos que sus incursiones en cine ajustado a las reglas, como El hombre elefante o Una historia verdadera han resultado auténticas obras maestras más propias de tiempos pretéritos a cuando las rodó.