cuellopavo
Frikazo
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Ayer fui a un concierto, después a un pub, luego a otro... en fin, todos sabéis el final.
Hoy me he levantado solo y con una de las peores resacas de mi vida. Toda la casa huele a cerveza y a tabaco. Y mi estómago vacío no para de crujir. Me han despertado los ruidos de las obras de la puta casa de enfrente. Y cuando me he asomado al balcón para ver qué tiempo hace, me han visto unas viejas con la polla al aire. He vuelto a entrar dentro y me he mirado en el espejo para hacerme una idea de la impresión que les habré causado. Un asco. Ya no tengo edad para levantar pasiones.
Me he vestido sin lavarme y he bajado a comprar más tabaco al estanco, me he acordado que hoy el dueño del piso vendrá esta tarde a cobrar lo que le debo. Mientras hablaba he notado cómo se apartaba de mí con cara de asco. De camino al estanco, he comprado en la farmacia una caja de lexatin y una clienta ha hecho algún comentario despectivo sobre mi olor corporal. Que se jodan. A ver quién tiene huevos de ducharse sin agua caliente.
Aprovecho para llamar a Laura desde una cabina. La invito a casa a seguir bebiendo. No puede, tiene que ir a la fábrica, sin falta. Así que decido ir a verla, y evitar la visita del dueño del piso. Laura vive en una casita rodeada de jardines de árboles pequeños. La paz que debería reinar se ve truncada por los gritos de los niños que van al Colegio de al lado.
Laura está tumbada en la cama y seguro que huele peor que yo. Y además tiene mala cara, como siempre. Me tumbo a su lado y enciendo un cigarro. Suena el teléfono. Lo cojo. Es su amiga, la del teléfono erótico. Un encanto. Hablo con ella durante horas hasta que me muerdo el labio y no tengo ganas de continuar. Estoy sangrando. Laura me regaña por manchar sus sábanas. Es una cerda y no las cambia en quince días, la muy puerca.
Me largo a casa. A lavarme sin agua caliente.
Hoy me he levantado solo y con una de las peores resacas de mi vida. Toda la casa huele a cerveza y a tabaco. Y mi estómago vacío no para de crujir. Me han despertado los ruidos de las obras de la puta casa de enfrente. Y cuando me he asomado al balcón para ver qué tiempo hace, me han visto unas viejas con la polla al aire. He vuelto a entrar dentro y me he mirado en el espejo para hacerme una idea de la impresión que les habré causado. Un asco. Ya no tengo edad para levantar pasiones.
Me he vestido sin lavarme y he bajado a comprar más tabaco al estanco, me he acordado que hoy el dueño del piso vendrá esta tarde a cobrar lo que le debo. Mientras hablaba he notado cómo se apartaba de mí con cara de asco. De camino al estanco, he comprado en la farmacia una caja de lexatin y una clienta ha hecho algún comentario despectivo sobre mi olor corporal. Que se jodan. A ver quién tiene huevos de ducharse sin agua caliente.
Aprovecho para llamar a Laura desde una cabina. La invito a casa a seguir bebiendo. No puede, tiene que ir a la fábrica, sin falta. Así que decido ir a verla, y evitar la visita del dueño del piso. Laura vive en una casita rodeada de jardines de árboles pequeños. La paz que debería reinar se ve truncada por los gritos de los niños que van al Colegio de al lado.
Laura está tumbada en la cama y seguro que huele peor que yo. Y además tiene mala cara, como siempre. Me tumbo a su lado y enciendo un cigarro. Suena el teléfono. Lo cojo. Es su amiga, la del teléfono erótico. Un encanto. Hablo con ella durante horas hasta que me muerdo el labio y no tengo ganas de continuar. Estoy sangrando. Laura me regaña por manchar sus sábanas. Es una cerda y no las cambia en quince días, la muy puerca.
Me largo a casa. A lavarme sin agua caliente.