sargentocubata
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A ver, @Perrino Chico, @Torquemada2.0, @ilovegintonic y @Refugiado, la Venta Los Conejos, es una de las muchas ventas antiguas que recorren zonas alejadas de poblaciones. Si lo que buscas son comodidades, edificios lujosos y bien acondicionados, mejor no aparezcas por aquí. La Venta Los Conejos es un sitio rancio, casposo o como lo queráis llamar si por ello entendéis que se encuentra algo anquilosado en el pasado, con mobiliario añejo, de larga tradición o propio de una época pasada. Así es y no lo esconden ni tratan de ocultarlo. Forma parte del “encanto” de estos lugares, lo que no supone que se encuentre exento de limpieza o resulte poco acogedor.
Su fuerte – al menos para mí - radica en otra oferta, la de tratarse de un sitio encantador, donde te sirven con rapidez unos camareros atentos (sin uniforme, y nada barrigudos) que dirige todo un personaje, Curro . Un tipo entrañable, que pone todo de su parte para que pases un buen rato, servicial a más no poder, y que se desvive porque no te falte un detalle. Es todo un fenómeno en el trato, y no ya con cuantas celebridades han visitado o acuden a su establecimiento (que son innumerables), de lo que dan buena muestra sus paredes repletas de fotografías, sino con cualquier currito que lo visite y se siente en sus mesas a comer.
Aparte es lo que ofrece desde el punto de vista culinario. No esperes una carta ni nada que se le parezca. Se sirve conejo de cuatro variedades (en salsa, tomate, al ajillo y con arroz). Fuera de eso tiene pechuga de pollo, lomo de cerdo y unos huevos fritos con patata estilo campero. Todo lo acompaña con ensaladas, aceitunas gordales y un pan del pueblo muy bueno. No busques más, que no hay, pero lo que sirven está más que bueno, a pesar de que lo presentan en un menaje por decirlo de alguna forma más que austero.
Es un sitio ideal para acudir en familia, con tranquilidad. Nosotros hemos entrado a las 14:00 horas y hemos sido los primeros. Y nos hemos levantado a las 19.30 más o menos, cuando ha terminado una sobremesa cargada de mantecados, galletas, chocolates, licores y demás bebidas alcohólicas. Hoy ha habido un grupo de flamenquito que ha animado la estancia.
El precio, pues a ojo de buen cubero, lo negocia el dueño más o menos contigo. En función de lo que hayas tomado, te dice una cosa u otra. No hay nada establecido ni fijo. Llega a la mesa, balbucea, hace garabatos en un papel y te dice lo que es por cabeza. Y si te quejas, se da trazas para incrementarte la cuenta. Así lo hace, y lo sabes cuando vas. No esperes un ticket y menos una factura. Lo normal son 20-25 € por cabeza, sobre 30 € si le metes dos o tres copas al almuerzo.
En definitiva, un sitio rancio pero con solera, en el que comes de forma bastante aceptable (si te gusta el conejo) a un precio razonable, que dirige todo un personaje y en el que sueles pasar cuando lo visitas un rato bien agradable. Seguramente haya algún que otro forero sevillano que pueda corroborar mi testimonio.
Su fuerte – al menos para mí - radica en otra oferta, la de tratarse de un sitio encantador, donde te sirven con rapidez unos camareros atentos (sin uniforme, y nada barrigudos) que dirige todo un personaje, Curro . Un tipo entrañable, que pone todo de su parte para que pases un buen rato, servicial a más no poder, y que se desvive porque no te falte un detalle. Es todo un fenómeno en el trato, y no ya con cuantas celebridades han visitado o acuden a su establecimiento (que son innumerables), de lo que dan buena muestra sus paredes repletas de fotografías, sino con cualquier currito que lo visite y se siente en sus mesas a comer.
Aparte es lo que ofrece desde el punto de vista culinario. No esperes una carta ni nada que se le parezca. Se sirve conejo de cuatro variedades (en salsa, tomate, al ajillo y con arroz). Fuera de eso tiene pechuga de pollo, lomo de cerdo y unos huevos fritos con patata estilo campero. Todo lo acompaña con ensaladas, aceitunas gordales y un pan del pueblo muy bueno. No busques más, que no hay, pero lo que sirven está más que bueno, a pesar de que lo presentan en un menaje por decirlo de alguna forma más que austero.
Es un sitio ideal para acudir en familia, con tranquilidad. Nosotros hemos entrado a las 14:00 horas y hemos sido los primeros. Y nos hemos levantado a las 19.30 más o menos, cuando ha terminado una sobremesa cargada de mantecados, galletas, chocolates, licores y demás bebidas alcohólicas. Hoy ha habido un grupo de flamenquito que ha animado la estancia.
El precio, pues a ojo de buen cubero, lo negocia el dueño más o menos contigo. En función de lo que hayas tomado, te dice una cosa u otra. No hay nada establecido ni fijo. Llega a la mesa, balbucea, hace garabatos en un papel y te dice lo que es por cabeza. Y si te quejas, se da trazas para incrementarte la cuenta. Así lo hace, y lo sabes cuando vas. No esperes un ticket y menos una factura. Lo normal son 20-25 € por cabeza, sobre 30 € si le metes dos o tres copas al almuerzo.
En definitiva, un sitio rancio pero con solera, en el que comes de forma bastante aceptable (si te gusta el conejo) a un precio razonable, que dirige todo un personaje y en el que sueles pasar cuando lo visitas un rato bien agradable. Seguramente haya algún que otro forero sevillano que pueda corroborar mi testimonio.