Anecdotón:
En las postrimerías de ese movimiento, una hamija vallecana (puta y drogata como solo ellas saben) me llevó con su pandilla de fiesta por Vallecas, todos o parte eran ex bakalas.
Pues empezaron a tirar coca y uno de los presentes, un chavalito de 25, colocado de jefe de planta en un conocido Hotel de la calle Atocha/Paseo del Prado, o sea que lo ganaba bien y no era un inútil, en un momento dado empezó a repetir :
- Vamos a darnos un homenaje, vamos a darnos un homenaje (que nos metiéramos otra raya).
Y como ya nos habíamos metido una hacía medio minuto, nos pusimos a tranquilizarle y decirle que nos e rayara.
Pero eso no paraba y empezó a emparanoiarse con que venía gente y nos miraba (estábamos en la calle de noche y no había casi nadie).
En un momento dado, de puro nerviosismo se puso a mordisquear una roca que llevaba, con lo beneficioso que es para los dientes la coca, que lleva de todo menos coca.
Desde ese día tengo catalogados a todos los que se meten como casos perdidos y gentucilla.