La historia de Pepepollas merece hilo propio. No tanto por la historia en sí, que está acabada y ante ella solamente podemos darle un abrazo y decirle que ánimo, que todo pasa y de todo se aprende y admirar su nobleza a la hora de batirse en retirada como porque debe haber por esos mundos de Dios miles de historias análogas. Miles de historias de tías que deciden dejar a un tío pero planifican con precisión quirúrgica el momento, y este no es otro que cuando le han terminado de servir. Ipsofácticamente. Ellas te utilizan para sus fines, incluso algunas hasta empiezan contigo sabiendo que lo tuyo tiene fecha de caducidad porque te necesitan como catapulta, hombros a los que subirse para alcanzar sus metas o -es lo más común- apoyo financiero para conseguir algo que por sí solas no podrían o sería más difícil.
En el caso de nuestro amigo Pepepollas ella ya había decidido dejarle meses antes, pero, curiosamente, no le salieron las palabras hasta que él no hubo puesto la última loseta de la casa. Porque estaba planificado el final, el momento, el cuándo y el cómo desde antes de que te remangaras la camisa y subieras el primer martillo al piso.
En el caso de una ex compañera de piso que tuve muchos años atrás (alguna vez he hablado de ella en este foro, quizá a alguien le suene) estaba clarísimo que empezó a salir con su novio -un brillante consultor estratégico- cuando a ella -y no a él, porque si él era brillante lo de ella era de darle tres premios Nobel- cuando en la empresa donde ambos trabajaban levantándose un sueldazo le diejron que iban a financiarle los estudios de masterdeluniverso financiero en la prestigiosa NYU Stern School of Business. Lo daban solamente a los mejores de entre los mejores de esa empresa que era el mal personificado, y esta se lo llevó de calle, pero claro, te pagan el MBA que vale un pastizal loco pero Nueva York es caro para vivir, y ella, joder, no iba a malvivir en esa ciudad. Claro que no. "Mira el 'no financiado este' (así le llamó delante de mí porque él no había logrado que la empresa le pagara el curso) qué bien me va a venir si empiezo a salir con él, le convenzo de que nos vayamos allí a vivir juntos, que se pague él de su bolsillo el puto MBA (para algo es de familia de pastizal, incluso más que yo) y así lo mismo que la empresa me financia el curso este me financie la estancia".
Evidentemente, tras el añito de MBA en la NYU, ella consiguió el título (él también), le salió gratis (a él no) y le salió vivir en un coqueto apartamento de la 4ª con la 14 gratis (a él no). Él consiguió un muy buen trabajo ganando pastizal tras aquello; como podéis imaginar ella directamente salió catapultada al ESTRELLATO. También os podéis imaginar que fue obtener el cojopuestazo que perseguía como fin último y decir "G, tenemos que hablar". Bueno, no sé si dijo esto o directamente hizo plof y se esfumó sin mirar atrás, dar explicaciones o siquiera decir "hemos terminado" como hizo con su anterior novio cuando este ya no le servía (de él también he hablado alguna vez en este foro, y de cómo quedó devastado tras la ruptura también).
Qué habrá sido de ella ya no lo sé, porque la última vez que la vi fue precisamente cuando me despedí de ella con un "ya vamos hablando" en el JFK, pero si tuviera que nombrar a las tres personas más inteligentes que he conocido en mi vida ella sería una de ellas sin dudarlo, y las otras dos me lo tendría que pensar. Si tuviera que nombrar a las tres personas con el corazón más frío, más calculadoras, con menor capacidad de sentir, más maquinales, también ella estaría entre esas tres, y las otras dos me lo tendría que pensar.
La tía más fría y más inteligente que me he echado a la puta cara en treinta y ocho años que tengo. Una auténtica zorra DE TAMAÑO SIDERAL. Me aterra pensar a cuántos no les habrá hecho jugada semejante, a cuántos hombros de gigantes -siendo ella misma una gigante también- no se habrá subido y cuántas cabezas y de qué talla no habrá reventado a su paso, con cuántos no habrá planificado el momento exacto de la ruptura y qué no habrá conseguido gracias a ello. La novia de Pepepollas una reforma de un piso. Esta, a la edad de 25 años, un año gratis en Nueva York para catapultarse a sí misma a la élite financiera mundial. Las hay finas finas, y este hilo podía servir para contar estas historias, vividas en carne propia o ajena.
Edito: No la había buscado en años en la internet. Acabo de hacerlo. Google dice que es socia de la empresa que le pagó el curso, una multinacional de consultoría estratégica, vamos, una no, la número uno mundial. Qué hija de puta
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