El trabajo hay muchas maneras de llevarlo, he trabajado en un montón de sitios, especialmente en mi época de ETT, y he visto de todo.
Por norma general soy un tipo que se lleva bien con casi todo el mundo, no soy un huraño aunque con el paso de los años reconozco que tengo mis cosas y hay veces que no me apetece tanto colegueo y tanta buena cara falsa, aunque no me escondo, hay veces que han dicho de quedar a comer o alguna cena y cuando me han preguntado por qué no voy les digo que no me apetece, sin más, no tengo que buscar excusas, ya no.
He estado en empresas que éramos cientos de tíos, otra pequeña familiar que éramos 10 y otras que la minoría éramos los hombres, como donde trabajo actualmente, y coincido con la mayoría, cuando el 95% son mujeres eso es un gallinero que te vuelves loco, hasta ellas mismas lo reconocen, he tenido rifirrafes creo que con todas, si en la plantilla hay 20 mujeres creo que salvo 2 o 3 con el resto he tenido alguna discusión, y alguna gorda para marcar el sitio, que si no lo haces y lo dejas pasar te toman por el pito del sereno y blandengue y eso no puede ser. También es verdad que el ambiente no es el más adecuado por la gran presión que tenemos, especialmente la semana que te toca en pedidos sirviendo los diferentes hemoderivados a los hospitales, siempre todo para ayer, no has terminado de colgar el teléfono y ya tienes al taxista en la puerta esperando.
Lo bueno es que, en general, somos un equipazo, sabemos que si no fuera por nosotros el servicio sería muy deficitario, y eso nos ayuda a hacer piña y llevarnos muy bien porque, salvando esos calentones que tenemos por la presión diaria, tenemos buen fondo y luego solemos quedar a veces a comer, a cenar, los viernes por la tarde solemos llevar cada uno algo y hacemos una merendola de la ostia, en fin. Digo deficitario porque, desgraciadamente, cuando te metes en el mundo de la sanidad te das cuenta de los chanchullos y mamoneos que hay, de la cantidad de dinero que se llevan bajo manga los jefes de servicio y que se llevan a tu costa metiéndote presión, te doran la píldora pero luego te dejan vendido a la más mínima, no sé si os lo creeréis pero no es nada raro que tengas que llamar al de guardia, que son guardias localizadas, no presenciales, y no contestar o devolverte la llamada a las 2 horas cuando ya ni hace falta, o peor aún, que te digan que, "si puede ser, no me llaméis de x a x hora que estaré de boda, o en un congreso, o en un cumpleaños", y te quedas con una cara de gilipollas como diciendo bien que te llevas tus 450€ brutos por tocarte los huevos en tu casa. Te das cuenta de que lo público no difiere mucho a lo privado.
Bueno, después de este ladrillo de mierda, decir que, no me puedo quejar en absoluto de mi trabajo a nivel de compañerismo, somos una medio "familia" que nos ayudamos los unos a los otros en lo que podemos tanto en los cambios de turno como en el trabajo en sí, y la verdad es que estoy muy bien considerado por mis compañeros y por algún jefecillo de allí, cosa que también es importante ya que te ayuda a sentirte valorado, una de las peores sensaciones que puedes tener en el trabajo es cuando das el cayo y no son capaces de decirte un "gracias", o que en alguna empresa a partir de los encargados hacia arriba les den cesta de Navidad y al resto nada, eso son detalles muy feos.