Esta pelicula tiene una escena que merece pasar a la historia y ser equiparada a las clasicas por antonomasia. Ningun programa de cinefilos deberia rememorar las tetas de la gorda de amarcord o el beso en la playa de de aqui a la eternidad sin antes o despues mostrar la secuencia de lo que os hablo.
No es otra que aquella que muestra el nacimiento de la "criatura" en su plenitud y esplendor. Cuando el doctor rompe a llorar de emocion admirando su obra, y los tres seres humanos hacen lo propio. Pero no de emocion, coño, que estan llorando por que les ha cosido la boca al ojete y les ha condenado a reptar vilmente.
Y entonces, les ofrece el espejo, para que se admiren, para que compartan su regocijo, y el doctor creyendo que sus lagrimas de deben a un sentimiento reciproco les mira y gesticula asientiendo, no dice una palabra, solo creer sentir un momento de empatia mutua en forma de alegria, como un padre y una madre lo harian con su bebe recien nacido de por medio.
Bua, absolutamente maravilloso.