Efecto rebote de deprivación de muchos años de interior árido. Se atesoran las jornadas de playa como osos sumando grasa antes de la hibernación, solo que a posteriori. Maridaje de ejercicio e intelecto: natación, snorkel y caminata alternan con sesudos autores y con las mierdas de este foro. Sentidos sobresaturados: azul relajante, amarillo de parrilla, rojo de neones, marrón de areolas mamarias cada vez más escasas para evitar robados que acaben en las redes. El stress desaparece, el ánimo se suaviza, las gaviotas que te sacarían los ojos siendo náufrago parecen viejas amigas, el tiempo se suspende, solipsismo de sol y arena que anula y niega la lluvia, el invierno, la vejez, la muerte. Solo el aquí y ahora: humedad en el pelo, crujido de conchas rotas al caminar, sonido de olas, gritos de la niña a la que salpican anticipando su futuro, rostros amables, pesqueros lejanos, boyas relucientes, socorristas aburridos, marujas silenciosas con sus bestsellers mierderos de tapas de colorines, miradas furtivas de la misma con la que llevas varios veranos cruzando paseos.
Disfruten de sus áridas estepas, sus verdes montañas con riachuelos y sus cosmopolitas ciudades de buses y metros malolientes...