Shit! a ver quién supera eso! Mejor rendirse.
Joder, Naty, gracias por el consejo, yo la verdad es que por ahora tengo trabajo, pero bueno es saberlo...!

Nah, bromas aparte, aún recuerdo cuando tenía yo diecisiete años (modoabuelitacebolletaon) que estaba en una sala de fiestas en Bilbao que se llamaba Bocaccio. Estaba situada debajo del hotel Ercilla. Habíamos tenido una celebración familiar y fuimos en grupo. Yo no sabía la fama que tenía la sala y cuando un camarero me trajo en una bandejita, un sobre, lo abrí, y dentro ponía : Habitación 208.
Nunca olvidaré el número de la habitación.
Yo debí enarcar la ceja y mirar interrogativamente al camarero. Él con un movimiento de barbilla me señaló la barra, donde un anciano (a mí me lo pareció) de unos 40 años, con las sienes empezando a blanquear, con una media sonrisa incitante, me hizo un brindis.
En aquel momento, decliné la invitación. Cierto es que no sabía lo que se cobraba. Si no hubiera sido virgen, igual lo hubiera hecho gratis, que el hombre no estaba nada mal y siempre he sido muy rumbosa yo. Imagina que me acerco y le digo: Nah, no te preocupes por pagar, que este polvo, invito yo.