qbit
Subnormal fachilla de pastel
- Registro
- 11 Sep 2006
- Mensajes
- 1.023
- Reacciones
- 0
Y nació el niño-rey.
Y sus papis y mamis le mimaron y le proporcionaron todos los caprichitos: Bici, vídeoconsola, ropita a la moda, ordenador, televisor, viajes pallá y pacá en verano, acampadas, excursiones...
Y el niño-rey se fue haciendo mayor, creyéndose el ombligo del mundo, acostumbrado a vivir en la abundancia material.
Y llegó la pubertad, y le empezaron a gustar las niñas-reinas. Y como estaba acostumbrado a tenerlo todo y a que todo girara en torno a él, se llevó un batacazo tremendo cuando comprobó que las niñas-reinas no le hacían caso.
Y el niño-rey reaccionó mal. Empezó a lloriquear y a quejarse: Buaaaaa, ya tengo 16 años y todavía no he follado... :137 Y como resultado de su frustración, empezó a etiquetar a las niñas-reinas como "putas", a todas, como si la niña-reina, tan mimada y caprichosa como él, tuviera obligación de algo hacia él, de follar cuando él lo solicitara. Mejor dicho, cuando lo exigiera.
Y entonces descubrió un foro en Internet llamado Putalocura, en el que había otros niños-rey como él, y acogió la religión oficial: "Todas putas". Y ya se sintió mejor, aunque igual de frustrado.
El gran problema del niño-rey (y de la niña-reina) es ser un memo hedonista cuyo gran problema en la vida es no ligar, es decir, no poder avanzar en el camino del hedonismo emprendido desde que nacieron, sin rumbo ni sentido. Es creerse con derecho a todo y deber a nada. Para el niño-rey han empezado las dificultades, que irán en aumento según le vayan exigiendo responsabilidades sociales, como en el mercado laboral, o familiares. ¿Familiares, este ser adocenado y comodón? ¡Habrá que verlo!.
Y sus papis y mamis le mimaron y le proporcionaron todos los caprichitos: Bici, vídeoconsola, ropita a la moda, ordenador, televisor, viajes pallá y pacá en verano, acampadas, excursiones...
Y el niño-rey se fue haciendo mayor, creyéndose el ombligo del mundo, acostumbrado a vivir en la abundancia material.
Y llegó la pubertad, y le empezaron a gustar las niñas-reinas. Y como estaba acostumbrado a tenerlo todo y a que todo girara en torno a él, se llevó un batacazo tremendo cuando comprobó que las niñas-reinas no le hacían caso.
Y el niño-rey reaccionó mal. Empezó a lloriquear y a quejarse: Buaaaaa, ya tengo 16 años y todavía no he follado... :137 Y como resultado de su frustración, empezó a etiquetar a las niñas-reinas como "putas", a todas, como si la niña-reina, tan mimada y caprichosa como él, tuviera obligación de algo hacia él, de follar cuando él lo solicitara. Mejor dicho, cuando lo exigiera.
Y entonces descubrió un foro en Internet llamado Putalocura, en el que había otros niños-rey como él, y acogió la religión oficial: "Todas putas". Y ya se sintió mejor, aunque igual de frustrado.
El gran problema del niño-rey (y de la niña-reina) es ser un memo hedonista cuyo gran problema en la vida es no ligar, es decir, no poder avanzar en el camino del hedonismo emprendido desde que nacieron, sin rumbo ni sentido. Es creerse con derecho a todo y deber a nada. Para el niño-rey han empezado las dificultades, que irán en aumento según le vayan exigiendo responsabilidades sociales, como en el mercado laboral, o familiares. ¿Familiares, este ser adocenado y comodón? ¡Habrá que verlo!.