De perdedor a perdedor. Me siento identificado con su mierda de existencia.
WARNING: Rollo marica incoming.
Me apena infinitamente que un ser con ese avatar y esa ortografía impecable se vea tan zarandeado por el oleaje de esta cruda sociedad que ha mutado en pesadilla y que no mutará a mejor. Al menos, no lo suficientemente pronto, para que le dé tiempo a ponerse a salvo del diluvio de caca.
Me siento identificado con su poca suerte con las hembras, pícaras criaturas que huyen de lo que pregonan buscar sin descanso.
Ellas, siempre yaciendo con mendrugos envueltos en un traje de sofisticación y refinamiento cosido con la tela aparente del estatus y el hilo de la más mediocre de las normalidades.
Ellas, siempre suspirando asomadas a la ventana digital de las redes sociales, maldiciendo porque no encuentran a ese bellísimo y masculino ser que, por su maldita miopía biológica, no pueden ver ni aunque se quemase a lo bonzo en lo más oscuro del bosque.
Ellas, que pasada la divertida juventud, y ya con sus encantos en franca decadencia, despiertan a la sensatez, dándose cuenta que ya es tarde para arrepentirse de haber elegido monedas en lugar de margaritas, de haber elegido macho cruel frente a hombre sensible, sabio y valiente.
Por desgracia, el San Martín que siempre llega a toda cerda, siempre llega demasiado tarde.
Amor plantado a destiempo.
Hombres ariscos y solitarios.
Mujeres con útero seco mendigando cariño.
Todo muy tricste.
El caso es que será el vermú, que tal vez se me haya ido por mal sitio, pero creo que le entiendo. A lo mejor estoy flipando y esto es el sueño de Resines.