Qué entiendes tú por "poner difícil", Erick. Bueno, Erick y Zaratustra.
Es complicado de explicar, obviamente no me refiero al hecho de que la chica se abra de patas en cuanto me dice su nombre. Pero cuando uno lleva un tiempo detrás de una chica, y ve interés por parte de esta trás llevar un tiempo tirandole la caña, pero sin embargo la cosa no avanza y se queda en una especie de punto muerto, donde a ella parece que le gusta el chico, pero sin embargo no le deja avanzar debido a que "no le gusta ir deprisa", convirtiendose en una situación de lo más incómoda y en la que al final no llega a pasar nada.
Si no se ha entendido bien describiré la situación que tuve con una chica:
Saliendo con unos colegas, una amiga me presentó a una amiga suya, estuve hablando un rato con ella, y tirandole la caña. Al final nos largamos a otro sitio y nos despedimos hablando de vernos otro día por la zona (yo iba un poco chuzo así que se me olvidó pedirle le móvil).
Unos días más tarde hablando con mi amiga me comentó que a la chica en cuestión le había molado, así que decidí tirarle la caña a ver que pasaba. Total que trás verla algunas veces más de marcha, quedar con ella para tomar algo, y tener varias conversaciones por msn, veía que la cosa no terminaba de cuajar, pero decidí lanzarme, el caso es que me comí un buen owned porque la chica decía "que iba muy rápido". Al ver esto simplemente decidí pasar de la tía esta y me acabe liando con otra un mes más tarde, la cual resulta que era conocida de la chica que ma había rechazado (es lo que tiene vivir en una ciudad pequeña que te enterás de todo). Lo gracioso es que poco después me llega mi amiga y por msn me cuenta que la chica en cuestión se siente algo mal porque se ha dado cuenta de que le gustaba y demás tonterías (curiosamente se da cuenta de que le molo tras saber que me he liado con otra, cojonudo).
Finalmente coincido con ella en un pub, y empece a pasar de ella, pero la chica se acercó y empezó a tirarme la caña, diciéndome que era un malote, que pasaba de ella, y que como había podido liarme con tal que era una guarra, yo más mamoncete que de costumbre le acabe diciendo que de mi vida solo respondía yo y que podía hacer lo que me diera la gana (todo esto dicho con bastante salero claro) y que se diera prisa que si no iba a perder el tren, total que trás un rato de conversación acaramelada y un par de bailecitos me acabe enrrollando con ella, tirandomela un par de días más tarde cuando se le quedó la casa libre.
Mi conclusión personal de esta historia es que si le gustas a una tía es casi mejor ir a tu bola que ya se encargará ella de hacerte saber que le molas.