Hola de nuevo.
Ahora os voy a contar otra experiencia que he tenido hace dos semanitas.
Me vengo por la mañana a la oficina y después de resolver los asuntos pendientes, efectuar algunas llamadas, etc.. dispongo de tiempo libre y me meto a revisar mi correo.
Entre spam y publicidad de falsas rusas que quieren un hogar a mis expensas, y que tengo que borrar, me encuentro un mail sorprendente, de una nenita muy jovencita que me quiere conocer y que vive en mi misma ciudad.
Después de negociar en un par de días a través de mail como será el encuentro, a que teléfono hay que llamar, que nombre tiene ella, etc... quedamos en una conocida y tranquila cafetería en vernos sin compromiso a las 9 de la noche.
Cuando aparece ella, siento un morbo especial, es extranjera, de 23 añitos, africana, de raza negra, facciones agradables, ojos muy bonitos, cabello largo recogido en una coleta, delgadita y de 1,68 de altura y con un par de tetas bastante apetecibles.
Nivel de apareamiento: 6
Le doy dos besos y comenzamos la conversación, lleva muchos años viviendo en España, desde que era una niña, con lo cual no hay problemas con el idioma, trabaja como trabaja medio país, con contratos basurilla, actualmente está en una oficina muy cercana a la mía haciendo labores administrativas, vive con su madre y acaba de tener una bronca con su novio, que según me cuenta es un malote que tiene armas colgadas de la pared, va por la calle buscando broncas y a ella la insulta después de follarla; y por tanto tiene ganas de vengarse poniendole unos cuernos bien gordos (¡coño! otro polvo esporádico, pienso yo).
La chica es agradable y muy sonriente y como veo posibilidades de meterla, procedo a darle una tarjeta de visita, para que se confíe y ver si pica.
Cuando acabamos las consumiciones, efectúo un salto mortal y le digo de sopetón que me voy a mi casa y que si le apetece venirse a tomar algo y a pasar un ratito agradable conmigo. La chica sin dudarlo me responde que "si", que "está dispuesta"...
Yo me pongo muy contento y mi polla también y nos acercamos caminando a mi picadero.
Cuando estamos en mi casa, la hago pasar al saloncito, le pongo una bebida y la TV para que se entretenga mientras me tomo una duchita rápida. Aparezco en el salón todo limpito y fresquito y me siento al lado de ella. Mientras estamos viendo la tele, se me ocurre ponerle la mano encima del muslo para ver como reacciona, ella se queda sin moverse, y entonces procedo a mover mi mano lentamente haciendole un masajito cerca del chochín. Ella me dice que tiene la regla, a lo que yo le respondo que "mejor", que "me encanta follar con tias que tienen la regla" y procedo a meterle la lengua hasta la campanilla.
La chica besa de puta madre, se nota que tiene experiencia, mi polla se me pone durísima, procedo a besarle por detrás de las orejas, el cuello, a alternar caricias en sus tetas con caricias en la espalda, a darle mordisquitos en los brazos, total que entre unas cosas y otras acabamos los dos semidesnudos y sobreexcitados.
La cojo de la mano y me la llevo al dormitorio, ella me dice que va a "pringar la cama", yo le digo que "no, pues tengo la solución", y pongo una toalla para protejer las sábanas. Nos fundimos en besos y abrazos y tocamientos y ella me dice que si quiero que me la chupa, y yo le digo que proceda a chuparla.
Me la empieza a chupar y la chica se nota que tiene experiencia, una de las mejores mamadas que me han efectuado en toda mi vida, yo estaba allí tumbado boca arriba recibiendo placer mientras el mundo allí afuera había dejado de existir.
Mi polla estaba como una barra de hierro y entonces le dije que parara de chupar y que se colocara arriba y que me cabalgara, que así el polvo sería más placentero y evitaría la eyaculación precoz.
Ella rauda y veloz se metio la polla en el coño y empezó a cabalgar al principio lenta, pero luego a toda velocidad, como con rabia. Estuvo mucho rato así, más de lo normal y yo tuve dudas de como acabaría todo, hasta que ella hizo unos sonidos guturales y dejó caer su cabeza al lado de la mía.
Le pregunté su había disfrutado y me dijo que "si", entonces le dije "ahora me toca gozar a mi", procedí a subirme encila de ella, le abrí las piernas y le metí la polla hasta el fondo, comencé una cabalgada brutal, al principio lenta pero enérgica, mi polla resbalaba por su coño tranquilamente y yo sentía mucho placer, después de un rato bombeando aceleré y noté como el coño se le estaba secando, fué una sensación muy especial, porque además noté como mi rabo había absorbido el lubricante del condón y notaba una sensación diferente a la habitual, como un leve raspado, pero agradable, además de que su coño digamos que se estaba cerrando alrededor de mi polla, con lo cual el placer que yo sentía era muy especial.
Después de un buen rato de estar así, descargué los cojones pegando un alarido de gusto que debieron de oírme hasta en el recinto EXPO.
Debo de calificar el polvo como uno de los mejores polvos de toda mi vida.
Me levanté y le dí unas servilletas de papel para que se limpiara el coño mientras yo me deshacía del condón en el WC. Cuando me miré, el panorama era de película de zombís, tenía sangre de la regla, en los pelos, en los cojones, en el tronco del pene, en el ombligo y en las ingles y hasta en las manos me había salpicado, al quitarme el preservativo.
Cuando me lavé y me quité todo, me fuí al dormitorio. Menudo panorama, la toalla con un charco de sangre en medio, las sábanas tambíen con dos salpicaduras bastante grandes, servilletas de papel también con sangre en el suelo. Buf, más que haber efectuado sexo, eso parecía la batalla de Belchite
Cuando arreglé los desaguisados y lo puse todo en orden me senté al lado de ella para comentar el polvo, beber un poco, etc...
Cuando estabamos tan tranquilos, la llaman al teléfono y se escuchan perfectamente unos chillidos de mujer, por lo visto era su madre, que preguntaba que donde se había metido, con quien estaba y le amenazaba con una bronca monumental, pues le dice que la está esperando para que le explique cosas que ha encontrado en el ordenador, pues le dice que ha encontrado que ha visitado páginas de contactos sexuales donde hay hombres de hasta 40 años, y que vergüenza, etc...
La madre gritaba tanto que yo lo escuchaba todo perfectamente, mientras la chica se puso a llorar como una desesperada, la calmé como pude y me dijo que se tenía que ir, se puso la ropa, le di algo de dinero para un taxi, le dí dos besos y así terminó la función, a la 1,30 de la madrugada.
Yo dormí muy feliz y en el mundo hay trotando otro cornudo más.
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