La capacidad de teletransportarse y la distancia cubierta es directamente proporcional a la cantidad de cosas que se tengan en la cabeza. De este modo he conducido desde un punto A a un punto B, distantes entre sí unos diez quilómetros, llegar al destino y preguntarme cómo cojones he llegado si no me acuerdo de nada.
Esta es la explicación a los ejemplos expuestos, exceptuando el caso de Vercetti que tiene la capacidad de viajar a la velocidad del rayo.
Buenos días.