Nuestra infancia. Miserias humanas aquí

Las escondía debajo de la cama de mi abuela, que no podía andar porque la faltaba una pierna, para que a medianoche pudiese comer algo con el simple gesto de meter la mano bajo la cama. Le gustaba las madalenas porque eran blanditas y los comía bien con su desdentada boca, la encía trituraba sin problema la masa de la madalena aunque requería su tiempo. Las ponía junto al orinal. Porque antes la geste de bien usaba una cosa que se llama orinal y que servía para poder cagar y mear sin tener que salir de la habitación, y que dicho sea de paso, una de las primeras tareas que se me encomendó a mí en esta asquerosa vida que me ha tocado vivir, era retirar todas las mañanas el orinal de mi abuela. No se me permitía entrar en la habitación mientras mi madre la vestía, pero tenía que meter mi bracito debajo de la cama en busca del orinal y sacar el vaporoso líquido al que de forma furtiva echaba un vistazo con disimulo en busca de información sobre el estado de salud de mi querida y apreciada abuela.
 
Bueno, no hay mal que por bien no venta, vista tu vida en perspectiva, ahora estas en la cresta de la ola.
 
Magistral relato, @Entelequia, como siempre.
 
La alimentaste con tus madalenas y le vaciaste los orines cada mañana. Eras una buena persona, pero la vida aplastó con su puño de hierro cualquier resquicio de bondad que quedaba en ti.
 
Las escondía debajo de la cama de mi abuela, que no podía andar porque la faltaba una pierna, para que a medianoche pudiese comer algo con el simple gesto de meter la mano bajo la cama. Le gustaba las madalenas porque eran blanditas y los comía bien con su desdentada boca, la encía trituraba sin problema la masa de la madalena aunque requería su tiempo. Las ponía junto al orinal. Porque antes la geste de bien usaba una cosa que se llama orinal y que servía para poder cagar y mear sin tener que salir de la habitación, y que dicho sea de paso, una de las primeras tareas que se me encomendó a mí en esta asquerosa vida que me ha tocado vivir, era retirar todas las mañanas el orinal de mi abuela. No se me permitía entrar en la habitación mientras mi madre la vestía, pero tenía que meter mi bracito debajo de la cama en busca del orinal y sacar el vaporoso líquido al que de forma furtiva echaba un vistazo con disimulo en busca de información sobre el estado de salud de mi querida y apreciada abuela.

Entonces nunca llegaste a lavarle el papo a tu abuela?? Menuda mierda de nieto de verdad. Creciste en la tipica familia pija finolis que oculta a los crios la realidad de la vida.
 
@Entelequia, a mi no me parece tan horrible lo que has contado. Hombre, si, parece un poco lo de los hijos de perrino y tal pero...
Lo bueno bueno reside en tu padre, no? Te violaba?
 
Entonces nunca llegaste a lavarle el papo a tu abuela?? Menuda mierda de nieto de verdad. Creciste en la tipica familia pija finolis que oculta a los crios la realidad de la vida.

Esa es la de ILG, en la que le decían que tiraban la ropa nueva pero era mentira, la remendaban. Qué pena me da ahora mismo la madre de ILG, tiene que sentir vergüenza de su hijo por no haber aprendido nada de la vida. Es un snob y punto, no le saques de ahí.
 
Esa es la de ILG, en la que le decían que tiraban la ropa nueva pero era mentira, la remendaban. Qué pena me da ahora mismo la madre de ILG, tiene que sentir vergüenza de su hijo por no haber aprendido nada de la vida. Es un snob y punto, no le saques de ahí.
¿Mi familia finolis? :lol: Yo es que me parto la caja contigo. Vaya mosqueo ridículo te has pillado por una coña foril, macho. Ahí estás, inventándote cosas de mi familia, de lo que siente o deja de sentir mi madre y de lo que soy o dejo de ser. En fin :lol:
 
¿Mi familia finolis? :lol: Yo es que me parto la caja contigo. Vaya mosqueo ridículo te has pillado por una coña foril, macho. Ahí estás, inventándote cosas de mi familia, de lo que siente o deja de sentir mi madre y de lo que soy o dejo de ser. En fin :lol:

Fíjate lo mal que me ha sentado y lo ridículo que soy que lo llevo en la firma. :lol:
 
Fíjate lo mal que me ha sentado y lo ridículo que soy que lo llevo en la firma. :lol:
¡Cogno!
Con el tapatalk ese del selular no lo había visto. Sepa disculpar pana castúo.
Me congratula ver que al menos uno que aprecia mi harte.

No haga caso al milord, caro pana tendero, que cuando hecha la siesta en una de sus alcobas del ala este se nos levanta con un humor un poco rarillo.

Por otro lado mis dieses al caro nuero, excelsa prosa a la que nos tiene acostumbrados.
No se sabe el porcentaje de verdad que habrá en sus relatos. Incluso pienso que quizá tuvo una infacia feliz, plena de amol, cariño y caprichos materiales; y que quizá sea aficionado a ver, ahondar y resaltar las miserias tradicionales hispanas.
En cualquier caso al menos tenemos un conforero que sube un poco el listón del -273º lol

ΚаГʍƋ i milena bonita.
 
¡Cogno!
Con el tapatalk ese del selular no lo había visto. Sepa disculpar pana castúo.
Me congratula ver que al menos uno que aprecia mi harte.

No haga caso al milord, caro pana tendero, que cuando hecha la siesta en una de sus alcobas del ala este se nos levanta con un humor un poco rarillo.

Por otro lado mis dieses al caro nuero, excelsa prosa a la que nos tiene acostumbrados.
No se sabe el porcentaje de verdad que habrá en sus relatos. Incluso pienso que quizá tuvo una infacia feliz, plena de amol, cariño y caprichos materiales; y que quizá sea aficionado a ver, ahondar y resaltar las miserias tradicionales hispanas.
En cualquier caso al menos tenemos un conforero que sube un poco el listón del -273º lol

ΚаГʍƋ i milena bonita .

Sabe usted que tengo ciertas incapacidades mentales para percibir el lol, pero, ¿no querría usted decir "milana bonita"? Vamos, que me leí el libro millones de años ago, pero el milena ese no me suena a mí.

Saludos. Voy a orinarme en las manos.
 
Sabe usted que tengo ciertas incapacidades mentales para percibir el lol, pero, ¿no querría usted decir "milana bonita"? Vamos, que me leí el libro millones de años ago, pero el milena ese no me suena a mí.

Saludos. Voy a orinarme en las manos.

si que es milana bonita.
 
si que es milana bonita.
Sepan disculpar, mis caros conforeros.
Lo de Milena Bonita es que me ha traicionado el subconsciente, es una coletilla foril del HILO de las tetudas que hace referencia a Milena Velba.
Mese ha colado, soy muy torpe ya lo saben.

Ka®ma i me meo en las manos como penitencia

Remitido desde selular
 
Sepan disculpar, mis caros conforeros.
Lo de Milena Bonita es que me ha traicionado el subconsciente, es una coletilla foril del HILO de las tetudas que hace referencia a Milena Velba.
Mese ha colado, soy muy torpe ya lo saben.

Ka®ma i me meo en las manos como penitencia

Remitido desde selular

no te lo vas a creer, pero lo he pensado al leerlo, "este cabron estaba pensando en la tetuda esa".
 
2ª Ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal.

Eso es una de las mayores verdades de este mundo.

Os pongo en antecedentes. Comenzando 7º de EGB, un mes de Octubre como este, y además aquel día hacía calor.

En aquel entonces, íbamos al colegio mañana y tarde. Nuestro colegio (digo nuestro porque iba yo con 12 años junto mi hermana de 9 y mi hermano de 6) estaba a 2 kilometrazos y pico de nuestra casa. Hasta ese año íbamos en autobús, pero al incorporarse mi hermano ya éramos 3, y por supuesto más dinero, que no quisieron pagar mis padres. Igualmente no pudieron/quisieron pagar el comedor, para evitarnos por lo menos el paseo del mediodía. Eso sí, yo era el encargado con 12 años de llevar sanos y salvos a todos 4 veces al día. Así a ojo de buen cubero andábamos la nada desdeñable distancia de unos 9 km aproximadamente, a un paso parecido al de los legionarios.

Después del recreo y de aquilatarme un cuerno de chocolate recalentao con la calorera del día, cuyo sabor denotaba que no era inocuo para la salud humana, me dispuse a terminar la jornada matutina.

En la última clase de Matemáticas empecé a sentir unas cuchilladas en el bajo vientre que no presagiaban nada bueno. Desgraciadamente no tenía muy claro que cuando aparecen esos retortijones debes buscar un baño en un radio muy cercano para echar la mascá a la mínima de cambio. La poca experiencia y miedo atávico que te habían embuido las madres sobre la higiene de los baños públicos, con pensamientos que ahí podías coger la malaria, la lepra, el dengue o ser devorado por un troll de las cavernas, hizo que desdeñase la posibilidad, primero de descargar en el baño del colegio, segundo, de truñear en un bar. Lo cierto es que en una situación preocupante me puse a tomar el camino de vuelta a casa.

No tardó la situación en tornarse totalmente crítica. No habían pasado ni 5 minutos cuando se produjo la primera andanada rectal. Se me pusieron los ojos en blanco, empecé a dar saltitos con la estúpida esperanza que la mierda se metiera hacia adentro. No sé como lo hice, pero superé el primer round. Ya consciente de la situación, poco menos que dramática, puse paso ligero a toda la cuadrilla. Así llevando a mi pobre hermano de 6 años en volandas, vislumbré la meta a pocos minutos. Ahí estaba mi salvación, la taza del baño de mi casa..... Entonces Dios me puso a prueba.

Con mi casa a la vista, llegó el general mierda con toda su infantería. Yo resistía andando más rápido, apretando el culo para bloquear el desastre, saltando sin sentido, abrazando cualquier religión que garantizara que me aliviara de aquella situación, pero la desesperación puede hacerte tomar las mejores decisiones........o las peores.

Mi portal estaba a 100 metros, 100. Viendo que el desastre era inevitable, se me ocurrió la feliz idea de meterme en el parque interior de la urbanización y parapetarme detrás de un parterre a soltar la truñada. A ese patio o parque, daban todas las terrazas de los tendederos, o en algún caso cocinas de los vecinos que habían hecho obra. Ahí me bajé los pantalones, descargué una lengua de mierda caliente y pastosa que parecía no tener fin. Cuando me disponía a limpiarme el culo con un pañuelo de los mocos, ocurrió el desastre.

Una voz atronó en aquel patio/parque interior como si fuera una sirena anunciando un bombardeo. Era mi madre desde el tendedero que en un tremendo alarde de inteligencia soltó a 150 decibelios:


" Torquemada ¿Qué estás haciendo? Sal de ahí ahora mismo, ¡¡ Qué vergüenza!!!


Entré en pánico. No sabía si subirme los pantalones o terminar de limpiarme la mascá o salir corriendo. Todo se aglomeró en el mi cabeza, así que me intenté salir corriendo con los pantalones bajados y una mano limpiando el culo. Resultado: Caer de culo sobre aquel infame charco de mierda.

Para más inri, mis hermanos que se habían quedado fuera, entraron al escuchar la voz de mi madre. La cara de mi hermana era un poema, eso si, mi hermano pequeño descojonado de la risa. Recuerdo a mi hermana traumatizada, intentando solventar aquella situación dantesca. La pobre arrancaba hojas del bloc de dibujo que había traído para terminar de colorear un trabajo, creyendo que así pudiera limpiar ese desastre, cosa harto imposible porque estaba de mierda hasta las cejas.

Me subí los pantalones con todo el cemento pegado. Puse rumbo al portal con mis hermanos a 30 metros de distancia debido a la pestilencia, y no me acuerdo de más porque mi cerebro borró pasajes de aquella terrible experiencia. Obviamente, me llevé zapatillazos y hostias por doquier pero eso es otra historia

En una situación normal todo se habría acabado aquí. Pues no

Después de ducharme 2 veces, recuperarme y ir al colegio por la tarde sin más novedad, me tocaba la clase de Judo en un gimnasio cutresalchichero a las 7 de la tarde. Ahí en ese corral de niños con kimonos, calcetines de rombos, olor a pies, y a orín de calzoncillo gran reserva, sufrí una nueva emboscada

Dando espaldarazos, estúpidas volteretas y simular gilipollescas llaves con los otros chavalines, volví a sentir el frío acero de la mierda. En una llave se me escapó un güeldo que al contrincante le subí de amarillo-naranja a cinturón negro 4º DAN. Me fui de la clase como si debiera dinero, me vestí y salí a mi casa escopeteado. Otra vez desdeñé hacer uso del baño del gimnasio, esta vez con más sentido porque era pestilente e infame hasta decir basta.

Aquí la distancia a recorrer no era tan amplia, iba sólo y podía correr, llegar con prontitud a casa. Así iba, hasta que llegando al portal, el esfínter agotado de tanta batalla dejó pasar el alijo. Otra vez me había truñeado, en e mismo día, como un subnormal, el puto horror. Me fui corriendo al portal y subí para coger el ascensor. Entonces aparece la vecina más tonta el bloque de la nada y se incorpora rauda y veloz para no perder el ascensor. No habían cerrado las puertas, y ya la mujer se había dado cuenta de su mala elección. La mujer parecía como un holograma que se difuminaba, su gesto estaba a caballo entre el asco y que Dios se apiadase de ella, mirando hacía la luz del techo. Al llegar a mi piso, pudo mascullar a duras penas.

"Niño ¿ Te has cagado?"

Algo realmente obvio, o era eso, o nos había tocado el ascensor temático sobre un estercolero.

Llegué a casa, y otro numerito. Aunque aquí mi madre ya dedujo que podría estar enfermo, aunque no sé si pensaba que era de la tripa o de la cabeza

Durante meses fui el cagón del 5º no sin pocas chanzas
 
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2ª Ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal.

Eso es una de las mayores verdades de este mundo.

Os pongo en antecedentes. Comenzando 7º de EGB, un mes de Octubre como este, y además aquel día hacía calor.

En aquel entonces, íbamos al colegio mañana y tarde. Nuestro colegio (digo nuestro porque iba yo con 12 años junto mi hermana de 9 y mi hermano de 6) estaba a 2 kilometrazos y pico de nuestra casa. Hasta ese año íbamos en autobús, pero al incorporarse mi hermano ya éramos 3, y por supuesto más dinero, que no quisieron pagar mis padres. Igualmente no pudieron/quisieron pagar el comedor, para evitarnos por lo menos el paseo del mediodía. Eso sí, yo era el encargado con 12 años de llevar sanos y salvos a todos 4 veces al día. Así a ojo de buen cubero andábamos la nada desdeñable distancia de unos 9 km aproximadamente, a un paso parecido al de los legionarios.

Después del recreo y de aquilatarme un cuerno de chocolate recalentao con la calorera del día, cuyo sabor denotaba que no era inocuo para la salud humana, me dispuse a terminar la jornada matutina.

En la última clase de Matemáticas empecé a sentir unas cuchilladas en el bajo vientre que no presagiaban nada bueno. Desgraciadamente no tenía muy claro que cuando aparecen esos retortijones debes buscar un baño en un radio muy cercano para echar la mascá a la mínima de cambio. La poca experiencia y miedo atávico que te habían embuido las madres sobre la higiene de los baños públicos, con pensamientos que ahí podías coger la malaria, la lepra, el dengue o ser devorado por un troll de las cavernas, hizo que desdeñase la posibilidad, primero de descargar en el baño del colegio, segundo, de truñear en un bar. Lo cierto es que en una situación preocupante me puse a tomar el camino de vuelta a casa.

No tardó la situación en tornarse totalmente crítica. No habían pasado ni 5 minutos cuando se produjo la primera andanada rectal. Se me pusieron los ojos en blanco, empecé a dar saltitos con la estúpida esperanza que la mierda se metiera hacia adentro. No sé como lo hice, pero superé el primer round. Ya consciente de la situación, poco menos que dramática, puse paso ligero a toda la cuadrilla. Así llevando a mi pobre hermano de 6 años en volandas, vislumbré la meta a pocos minutos. Ahí estaba mi salvación, la taza del baño de mi casa..... Entonces Dios me puso a prueba.

Con mi casa a la vista, llegó el general mierda con toda su infantería. Yo resistía andando más rápido, apretando el culo para bloquear el desastre, saltando sin sentido, abrazando cualquier religión que garantizara que me aliviara de aquella situación, pero la desesperación puede hacerte tomar las mejores decisiones........o las peores.

Mi portal estaba a 100 metros, 100. Viendo que el desastre era inevitable, se me ocurrió la feliz idea de meterme en el parque interior de la urbanización y parapetarme detrás de un parterre a soltar la truñada. A ese patio o parque, daban todas las terrazas de los tendederos, o en algún caso cocinas de los vecinos que habían hecho obra. Ahí me bajé los pantalones, descargué una lengua de mierda caliente y pastosa que no parecía no tener fin. Cuando me disponía a limpiarme el culo con un pañuelo de los mocos, ocurrió el desastre.

Una voz atronó en aquel patio/parque interior como si fuera una sirena anunciando un bombardeo. Era mi madre, que en un tremendo alarde de inteligencia soltó a 150 decibelios:


" Torquemada ¿Qué estás haciendo? Sal de ahí ahora mismo, ¡¡ Qué vergüenza!!!


Entré en pánico. No sabía si subirme los pantalones o terminar de limpiarme la mascá o salir corriendo. Todo se aglomeró en el mi cabeza, así que me intenté salir corriendo con los pantalones bajados y una mano limpiando el culo. Resultado: Caer de culo sobre aquel infame charco de mierda.

Para más inri, mis hermanos que se habían quedado fuera, entraron al escuchar la voz de mi madre. La cara de mi hermana era un poema, eso si, mi hermano pequeño descojonado de la risa. Recuerdo a mi hermana traumatizada, intentando solventar aquella situación dantesca. La pobre arrancaba hojas del bloc de dibujo que había traído para terminar de colorear un trabajo, creyendo que así pudiera limpiar ese desastre, cosa harto imposible porque estaba de mierda hasta las cejas.

Me subí los pantalones con todo el cemento pegado. Puse rumbo al portal con mis hermanos a 30 metros de distancia debido a la pestilencia, y no me acuerdo de más porque mi cerebro borró pasajes de aquella terrible experiencia. Obviamente, me llevé zapatillazos y hostias por doquier pero eso es otra historia

En una situación normal todo se habría acabado aquí. Pues no

Después de ducharme 2 veces, recuperarme y ir al colegio por la tarde sin más novedad, me tocaba la clase de Judo en un gimnasio cutresalchichero a las 7 de la tarde. Ahí en ese corral de niños con kimonos, calcetines de rombos, olor a pies, y a orín de calzoncillo gran reserva, sufrí una nueva emboscada

Dando espaldarazos, estúpidas volteretas y simular gilipollescas llaves con los otros chavalines, volví a sentir el frío acero de la mierda. En una llave se me escapó un güeldo que al contrincante le subí de amarillo-naranja a cinturón negro 4º DAN. Me fui de la clase como si debiera dinero, me vestí y salí a mi casa escopeteado. Otra vez desdeñé hacer uso del baño del gimnasio, esta vez con más sentido porque era pestilente e infame hasta decir basta.

Aquí la distancia a recorrer no era tan amplia, iba sólo y podía correr, llegar con prontitud a casa. Así iba hasta que llegando al portal, el esfínter agotado de tanta batalla dejó pasar el alijo. Otra vez me había truñeado, en e mismo día, como un subnormal, el puto horror. Me fui corriendo al portal y subí para coger el ascensor. Entonces aparece la vecina más tonta el bloque de la nada y se incorpora rauda y veloz para no perder el ascensor. No habían cerrado las puertas, y ya la mujer se había dado cuenta de su mala elección. La mujer parecía como un holograma que se difuminaba, su gesto estaba a caballo entre el asco y que Dios se apiadase de ella, mirando hacía la luz del techo. Al llegar a mi piso, pudo mascullar a duras penas.

"Niño ¿ Te has cagado?"

Algo realmente obvio, o era eso, o nos había tocado el ascensor temático sobre un estercolero.

Llegué a casa, y otro numerito. Aunque aquí mi madre, la mujer ya dedujo que podría estar enfermo, no sé si pensaba que era de la tripa o de la cabeza

Durante meses fui el cagón del 5º no sin pocas chanzas
Caballero, le agradezco enormemente esta prosaica narracion. se me han salido los mocos de la risa imaginandome la fagorisasion espinal de "torquemada, que haces ahi?" y aterrizaje en mierda y la posterior imaginada del careto de su vecina oliendo mierda fresca y proxima en el ascensor.



En este orden de cosas, lo de cagarme no me paso, almenos de crio no, pero si me paso de mearme vivo que parece que te estan clavando cristales en el vientre, pero de dentro a afuera.

Estaba de vacaciones en casa de mis tios en alicante.

no tenia llaves, porque no teniamos llaves ningun niño, no por lo de ser imbecil.

el caso es que en el bar, cuando nos cansabamos de la playa o la piscina, ibamos y nos tomabamos las cocacolas que fueran y luego pagaban nuestros padres por la tarde y tal.

no teniamos ninguna supervision y tal, eramos libres.

pero un dia que nos dieron las tantas ya cuando nos cerraron la piscina, nos fuimos a jugar al escondite o a una tonteria de estas.

El caso es que de tragar agua, las cocacolas y tal, me entraron unas ganas de mear de doler, pense en ir a la piscina y mearme dentro, pero estaba chapada y me daba mucho apuro entrar al bar a mear, asique me fui a casa.

llame al telefonillo ya bailando la danza de la lluvia, pero nada asique cuando ya no pude mas, localice un seto, enmedio de la urbanizacion a plena luz, y me fui para alla a paso ligero.

El caso es que una punzada me atraveso el vientre y se me empezo a salir el pis, no me importo mucho porque iba en bañador, pero aun asi me la saque apresuradamente, meandome en mi propio pecho, en la cara, los brazos, mientras andaba como si estubiera bailando el "limbo" intentando apuntar la churra para alante mientras se me resbalaba de las manos.

cuando llegue al seto, ya habia meado todo lo que tenia que mear, y al girarme para volver a por la toalla al portal, me encuentro a mi madre, mi abuela, mis tios y unos amigos, parados, mirandome todos con cara de "what" mientras mi abuela se descojonaba y mi madre intentaba que me explotara la cabeza con una mirada telekinetica.
 
Última edición:
Magnífico, magnífico todo. Me recuerda a la vez que, siendo niño, me meé encima de la risa en el salón de mi casa viendo "Aterriza como puedas", justamente en la escena en la que una tía tiene un ataque de histeria y primero la agitan un poco, luego llega otro y le da dos guantazos y luego la cámara hace travelling para dejarnos ver una cola de tíos armados con guantes de boxeo, bates de baseball, pistolas y demás. No tiene mucho más que contar que viendo aquello me entró tal ataque que ahí mismo me miccioné, poniendo perdido calzoncillos, pijama y el sillón de mi padre (que ya estaba sobando) para incredulidad de mi madre, que no sabía si darme un zapatillazo o si reírse también.

Pero vamos, que esto no son miserias de la infancia estricto senso, sino anécdotas escato-bochornosas.
 
No llegué a mearme, pero me reí mucho cuando en la tele salió un niño con la cara como podrida por los efectos de las bombas en la guerra de Kósovo. Mis padres me miraron mal y me riñeron en lugar de explicarme que el niño tenía esa cara de mierda por los efectos de la guerra y no porque fuese así de feo.
 
Magnífico, magnífico todo. Me recuerda a la vez que, siendo niño, me meé encima de la risa en el salón de mi casa viendo "Aterriza como puedas", justamente en la escena en la que una tía tiene un ataque de histeria y primero la agitan un poco, luego llega otro y le da dos guantazos y luego la cámara hace travelling para dejarnos ver una cola de tíos armados con guantes de boxeo, bates de baseball, pistolas y demás. No tiene mucho más que contar que viendo aquello me entró tal ataque que ahí mismo me miccioné, poniendo perdido calzoncillos, pijama y el sillón de mi padre (que ya estaba sobando) para incredulidad de mi madre, que no sabía si darme un zapatillazo o si reírse también.

Pero vamos, que esto no son miserias de la infancia estricto senso, sino anécdotas escato-bochornosas.
Discrepo con ustec, si nos acogemos a una de las acepciones de la palabra miseria, pena o desgracia que sufre una persona, no hay mayor miseria para un infante ser el caganer del barrio por ser de público conocimiento que se había truñeado dos veces el mismo día
 
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Discrepo con ustec, si nos acogemos a una de las acepciones de la palabra miseria, pena o desgracia que sufre una persona, no hay mayor miseria para un infante ser el caganer del barrio por ser de público conocimiento que se había truñeado dos veces el mismo día

Ya, pero las miserias a las que se refiere el hilo son esas que hemos contado más atrás, rollo lo de los hijos de Perr... bueno, me callo que Perrino se ha enfadado ya conmigo por el tema.

Perrino, un abrazo.

Da igual, Torquemada. Cuenta lo que quieras de tus miserias, que lo haces muy bien y es divertido. Solo que no quería que esto se convirtiera de nuevo en el típico hilo de "el día que me cagué encima", que ya está muy visto.
 
Una vez en el insti estábamos en un taller en clase de tecnología, el taller era una nave diáfana y los baños estaban en una esquina, no tenían falso techo, era unas paredes de 2,5 m que separaban los baños de la zona donde estaba la maquinaria. Cuando estabas en el baño se oía todo lo que pasaba en el taller y viceversa.

Pues estaba Don Amancio explicando algo de un taladro vertical y patatín patatán cuando me vienen unos retorcijones que eran el preludio de algo chungo, porque eso se intuye, y aquello no era bueno ni normal. Me fui apartando poco a poco del grupo de compañeros porque ya no podía contener los cuescos que se me escapaban como si fuesen plomo liquido atravesando mi, por aquel entonces, virginal esfinter adolescente. Noté que la gente se removía y miraban a su alrededor como tratando de averiguar el origen de aquel olor a caca fresca.

Por educación me aparté discretamente del grupo y fui al baño, me retorcía de dolor y mi ojete estaba al límite del colapso. Mientras estaba quieto de pie y apretando el culo con todas mis fuerzas más que bien mantenía las compuertas cerradas, pero ay amigos, cuando disimuladamente me fui apartando del grupo no podía mantener a la vez el culo apretado y caminar de espaldas, y aunque andaba como chiquito de la calzada sobre lava, era cuestión de tiempo que mi cuerpo expulsase por las bravas el desecho tóxico que le perjudicaba. Fue entrar en el baño, y no sé si fue algo de la mente que me sentí más aliviado del bochorno de cagarme en público, que antes de sentarme en la taza me cagué patas abajo. Era un barrillo marrón claro y amarillo anaranjado (como los colores del foro) que me corría por la pata abajo hasta la rodilla, los calzoncillos quedaron como un pañal. Me senté en la taza y mientras acababa de expulsar el resto con sonoras explosiones pestilentes, me fui limpiando con bolas de papel higiénico la pierna. Tuve que tirar de la cisterna varias veces porque estaba atascando la taza con caca y papel. De repente siento que el ruido de fondo ha cesado, ya no oía nada en el taller, supuse que habían oído que alguien se estaba rajando con estruendo e inundando todo con fétidos perfumes y empezaron a hacer recuento de quién faltaba.

Después de cagar a chorro, pude cerrar el grifo y contener algo la cagalera. Me quité los calzoncillos y los tiré en una papelera que había por allí, mojé papel higiénico y me restregué el muslo con la esperanza de quitar algo del olor a mierda caliente. No fue posible, me lavé las manos como pude y salí del lugar del crimen como disimulando. Vi a mis compañeros girarse nada más salí, cuchicheaban entre ellos, alguno se reía mientras don Amancio mandaba silencio. Recuerdo la mirada comprensiva de una chavala que era de las más guapas de clase, Esmeralda se llamaba para más señas, y que aunque agradecí en lo más profundo de mi ser, no fue suficiente para poder soportar la vergüenza de haberme cagado encima.

Como un guerrero derrotado, con la cabeza gacha, abandoné el taller sin decir ni mu a nadie. Me fui de allí a la francesa, a ducharme y meterme en la cama con la luz apagada y en posición fetal cerrando con fuerza los ojos mientras mentalmente me autoconvencía de que aquello nunca había sucedido.
 
Que suerte tenéis algunos. En mi colegio nunca hubo papel, nunca. Tampoco recuerdo de nadie que cagara alli. Creo que a todos nos inculcaron lo mismo.

Por cierto. En vuestro colegio los baños eran los mismos para tíos y tías??? Recuerdo entrar del recreo y estar allí todos mezclados
 
Una vez en el insti estábamos en un taller en clase de tecnología, el taller era una nave diáfana y los baños estaban en una esquina, no tenían falso techo, era unas paredes de 2,5 m que separaban los baños de la zona donde estaba la maquinaria. Cuando estabas en el baño se oía todo lo que pasaba en el taller y viceversa.

Pues estaba Don Amancio explicando algo de un taladro vertical y patatín patatán cuando me vienen unos retorcijones que eran el preludio de algo chungo, porque eso se intuye, y aquello no era bueno ni normal. Me fui apartando poco a poco del grupo de compañeros porque ya no podía contener los cuescos que se me escapaban como si fuesen plomo liquido atravesando mi, por aquel entonces, virginal esfinter adolescente. Noté que la gente se removía y miraban a su alrededor como tratando de averiguar el origen de aquel olor a caca fresca.

Por educación me aparté discretamente del grupo y fui al baño, me retorcía de dolor y mi ojete estaba al límite del colapso. Mientras estaba quieto de pie y apretando el culo con todas mis fuerzas más que bien mantenía las compuertas cerradas, pero ay amigos, cuando disimuladamente me fui apartando del grupo no podía mantener a la vez el culo apretado y caminar de espaldas, y aunque andaba como chiquito de la calzada sobre lava, era cuestión de tiempo que mi cuerpo expulsase por las bravas el desecho tóxico que le perjudicaba. Fue entrar en el baño, y no sé si fue algo de la mente que me sentí más aliviado del bochorno de cagarme en público, que antes de sentarme en la taza me cagué patas abajo. Era un barrillo marrón claro y amarillo anaranjado (como los colores del foro) que me corría por la pata abajo hasta la rodilla, los calzoncillos quedaron como un pañal. Me senté en la taza y mientras acababa de expulsar el resto con sonoras explosiones pestilentes, me fui limpiando con bolas de papel higiénico la pierna. Tuve que tirar de la cisterna varias veces porque estaba atascando la taza con caca y papel. De repente siento que el ruido de fondo ha cesado, ya no oía nada en el taller, supuse que habían oído que alguien se estaba rajando con estruendo e inundando todo con fétidos perfumes y empezaron a hacer recuento de quién faltaba.

Después de cagar a chorro, pude cerrar el grifo y contener algo la cagalera. Me quité los calzoncillos y los tiré en una papelera que había por allí, mojé papel higiénico y me restregué el muslo con la esperanza de quitar algo del olor a mierda caliente. No fue posible, me lavé las manos como pude y salí del lugar del crimen como disimulando. Vi a mis compañeros girarse nada más salí, cuchicheaban entre ellos, alguno se reía mientras don Amancio mandaba silencio. Recuerdo la mirada comprensiva de una chavala que era de las más guapas de clase, Esmeralda se llamaba para más señas, y que aunque agradecí en lo más profundo de mi ser, no fue suficiente para poder soportar la vergüenza de haberme cagado encima.

Como un guerrero derrotado, con la cabeza gacha, abandoné el taller sin decir ni mu a nadie. Me fui de allí a la francesa, a ducharme y meterme en la cama con la luz apagada y en posición fetal cerrando con fuerza los ojos mientras mentalmente me autoconvencía de que aquello nunca había sucedido.
creo que recibir un tiro causa menos impresion que lo tipico que sabes que te ruge la bestia y "racionas" el follo, porque sabes que viene con unos colegas de kenya, pero no sabes cuantos, ni a que distancia estan de la puerta de tanhauser, en plan "alto ahi, quien vive?".

tambien es un marron, sin llegar a giñarte encima, lo tipico que te vas a cuescar un follo ninja y derrepente te suena una trompetilla cual mosquito y te arruina el dia.


a mi me paso en clase de gimnasia, en un examen, que nos ponian a hacer abdominales.

habia que hacer minimo 40 abdominales en un minuto, lo cual para mi era inconcebible, me tiraba de la cama haciendo la croqueta para no tener que incorporarme.

en esto que me toca el turno, el flipado de inef de turno pone el cronometro, me agarra las piernas y empiezo a hacer el ejercicio,

cuando llevo 12 abdominales noto que se me va a escapar, apreto para que por lo menos no haga ruido.

y derrepente, de esto que sin motivo alguno, todo el mundo que estaba de chachara esperando a examinarse, se callan de pronto, y se empieza a oir el sonido de fondo este que hacen las gaitas cuando las estrujan.

el profesor abrio los ojos como platos, y empezo a decirme "Lopera coño, no te estaras cagando?"

mientras hablaba, el cuesco seguia entonando el mi bemol

logicamente me dio el lol y palme el examen.

Uno que era una persona tontisima, me llamaba "Hevia" a partir de aquel dia.
 
Una vez con 9 años teníamos que ir a una comunión de un primo que vivía en Campamento.

Yo había hecho la comunión justamente un año antes, y la había hecho con un conjunto muy ponible. Vamos que mi madre lo compró para usarlo en más eventos como bodas, otras comuniones y fiestas de guardar.

Con lo que no contaba es que me puse chotaco, porque el verano anterior me fracturé el codo y estuve dos meses con un escayolon como los de los dibujos animados.

A esa edad comes a Dios por las patas y no parabas de moverte y jugar. Pero con un codo jodido te quedas en el dique seco, resultado eché kilotons porque sigues comiendo igual

En esas épocas los trajes duraban eones, y mi madre no tuvo la precaución de probar semanas antes la ropa a llevar.

El día justamente anterior al evento, fuimos a probar la ropa y zas, saltó la sorpresa en Las Gaunas. El pantalón beige a duras penas se podía abrochar, si lo conseguía era ejecutando la acción de manera similar a como se ponen los toreros la taleguilla. La cazadora del mismo color me quedaba muy sesentera.

En ese momento era toda mi culpa la poca o nula planificación de mi madre. Yo dije de comprarme otros pantalones, pero decía que no había tiempo para los bajos y arreglos.

Ahí se puso como una loca a descoser por la cintura, y volver a coser. El tema del abrochado mejoró, pero en los muslos el pantalón perdía la raya, y quedaba como unas mallas, vamos morcillero total.

La cazadora con no abrocharla podía pasar. Así el cuadro resultante con una cazadora abierta, unos pantalones ajustadisimos en los muslos, sumado a que soy bastante moreno, con la cara de pan de ese año y con media melena, salió una imitación de Fernando Esteso en pequeño, versión gitana.

Así me presenté en el evento. Nadie me dijo nada. Pero quedaron documentos gráficos de aquello, para que de vez en cuando, mi hermano recupere el álbum maldito y me catalogue como el pequeño Parrita.
 
Una vez con 9 años teníamos que ir a una comunión de un primo que vivía en Campamento.

Yo había hecho la comunión justamente un año antes, y la había hecho con un conjunto muy ponible. Vamos que mi madre lo compró para usarlo en más eventos como bodas, otras comuniones y fiestas de guardar.

Con lo que no contaba es que me puse chotaco, porque el verano anterior me fracturé el codo y estuve dos meses con un escayolon como los de los dibujos animados.

A esa edad comes a Dios por las patas y no parabas de moverte y jugar. Pero con un codo jodido te quedas en el dique seco, resultado eché kilotons porque sigues comiendo igual

En esas épocas los trajes duraban eones, y mi madre no tuvo la precaución de probar semanas antes la ropa a llevar.

El día justamente anterior al evento, fuimos a probar la ropa y zas, saltó la sorpresa en Las Gaunas. El pantalón beige a duras penas se podía abrochar, si lo conseguía era ejecutando la acción de manera similar a como se ponen los toreros la taleguilla. La cazadora del mismo color me quedaba muy sesentera.

En ese momento era toda mi culpa la poca o nula planificación de mi madre. Yo dije de comprarme otros pantalones, pero decía que no había tiempo para los bajos y arreglos.

Ahí se puso como una loca a descoser por la cintura, y volver a coser. El tema del abrochado mejoró, pero en los muslos el pantalón perdía la raya, y quedaba como unas mallas, vamos morcillero total.

La cazadora con no abrocharla podía pasar. Así el cuadro resultante con una cazadora abierta, unos pantalones ajustadisimos en los muslos, sumado a que soy bastante moreno, con la cara de pan de ese año y con media melena, salió una imitación de Fernando Esteso en pequeño, versión gitana.

Así me presenté en el evento. Nadie me dijo nada. Pero quedaron documentos gráficos de aquello, para que de vez en cuando, mi hermano recupere el álbum maldito y me catalogue como el pequeño Parrita.

por lo menos a ti te dejaron ir con el pelo a tu aire, a mi mi madre, para los eventos familiares, me peinaba un tupe ignominioso sustentado con laca.

imaginate una cabeza de adulto enroscada en un cuerpo de 8 años, con el tupe del "Puma".

parecia un rompehielos dao la vuelta.
 
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