Putrochat del sábado noche!

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Joder, como se han echado a perder Forest Whitaker y el Chacho...
Me imagino que Forest es el nigga (En su análisis no voy a entrar) y Chacho el otro, y partiendo de esta premisa he de discrepar. Chacho no se ha echado a perder. Se ha puesto un look a la moda, con su barba para acumular restos de todas las cositas que se come y poder saborear los paluegos, hace sus videos en la internet _no anda meditabundo y asocial en su casa y nada más que eso, sino que alberga esperancillas de éxito_ ¡Tiene ánimo!
Les daría con un palo en la cabeza a esos dos, sin más explicación, pero he de reconocer que dentro de sus posibilidades y de los designios de su genética... pues no han salido tan malparados como cabría esperar.
 
Puto burgués. Yo cazo jabalises con mis propias manos, y los mezclo con agua de retrete de gasolinera y azucarillos, y lo congelo con piel y todo.
Aunque a lo mejor puede que lo haya soñado tras leer cosas por el floro.
¿Eres proveedor de hacendado? :lol:
 
Hace falta ser un grandísimo perdedor para gastar el dinero en cosas así.
 
Buenos tiempos en que el 100% de mercadroja era valenciano (de mierda) o nacional en su defecto
 
No lo detesto por patrio, sino por mil factores subjetivos y unos dos o tres objetivos.

Nunca me había parado a pensar en este asunto, a reflexionar sobre la causa. Pero la verdad es que yo en el Mercadona no estoy a gusto, no deambulo resuelto por los pasillos, no sé, no voy relajado. Lo considero un Hipercor de pobres o algo así, no es mi hábitat. Hay algo, una fuerza invisible, un olor imperceptible, algo en el ambiente, la distribución de las secciones y los pasillos, las cajeras, la luminosidad, la gente que va a comprar, no sé lo que es, pero hay algo que me produce rechazo. Quizás sea que es el super de la clase media que se considera superior a los que no les queda más remedio que ir a otros super más baratos y que claramente tienen una clientela de poco poder adquisitivo.

Sin embargo, en el Lidl arrastro el cesto con la cabeza bien alta, mirando los productos y tomándome mi tiempo comparando precios. Me da por mirar de reojo a las milf y a sus hijas, sobre todo a las hijas de entre 12-16 años que aún van de la mano de la madre, con esa pavería que las hace tan irresistibles. Me gusta comparar los culos de ambas, ver los estragos de la edad en las hembras. No tengo reparo ninguno en pasarme con la ropa del curro y las manos sucias por el Lidl, siento que no desentono entre la gente y no percibo miradas despreciativas en los demás clientes. En el Día% también me siento super a gusto.

Esas cajeras con las argollas en las narices y en las cejas, esos flequillos y esa forma de maquillarse que parecen prostitutas sesentonas. Su lenguaje soez y verdulero, mascando chicle para quitarse el sabor a polla de la boca. La forma de pedir la tarjeta de puntos, o de preguntar que si en efectivo o con tarjeta, la forma de dar el cambio como con desgana. Ese alejamiento con el cliente que no les da conversación es lo que me gusta de ellas, que no tienes que cruzar palabra ninguna. Yo en mi Día de confianza ni me molesto en despedirme, ni adiós ni h'talugo.

Además que a mí lo de Hacendado me da dolor de barriga y acidez, y eso que yo tengo un estómago de perro.
 
El DIA tiene montada una engañifa con las fechas de caducidad digna de estudio de la OCU, en especial la leche y sus derivados, no aguantan lo que pone ni de flai y luego coando están desprecintados como las niñas de Boris se convierte en una buena fiesta de bichitos de los de lente, a favor tienen que ponen de oferta hasta los risketos llegando a ver la bolsa a 70 céntimos dejando el kilo y por tanto la medida estandar foril en unos seis mortadelos, tambien compran la fruta y la verdura fresca a cooperativas españolas pero eso es irrelevante aquí:lol:
 
Nunca me había parado a pensar en este asunto, a reflexionar sobre la causa. Pero la verdad es que yo en el Mercadona no estoy a gusto, no deambulo resuelto por los pasillos, no sé, no voy relajado. Lo considero un Hipercor de pobres o algo así, no es mi hábitat. Hay algo, una fuerza invisible, un olor imperceptible, algo en el ambiente, la distribución de las secciones y los pasillos, las cajeras, la luminosidad, la gente que va a comprar, no sé lo que es, pero hay algo que me produce rechazo. Quizás sea que es el super de la clase media que se considera superior a los que no les queda más remedio que ir a otros super más baratos y que claramente tienen una clientela de poco poder adquisitivo.

Sin embargo, en el Lidl arrastro el cesto con la cabeza bien alta, mirando los productos y tomándome mi tiempo comparando precios. Me da por mirar de reojo a las milf y a sus hijas, sobre todo a las hijas de entre 12-16 años que aún van de la mano de la madre, con esa pavería que las hace tan irresistibles. Me gusta comparar los culos de ambas, ver los estragos de la edad en las hembras. No tengo reparo ninguno en pasarme con la ropa del curro y las manos sucias por el Lidl, siento que no desentono entre la gente y no percibo miradas despreciativas en los demás clientes. En el Día% también me siento super a gusto.

Esas cajeras con las argollas en las narices y en las cejas, esos flequillos y esa forma de maquillarse que parecen prostitutas sesentonas. Su lenguaje soez y verdulero, mascando chicle para quitarse el sabor a polla de la boca. La forma de pedir la tarjeta de puntos, o de preguntar que si en efectivo o con tarjeta, la forma de dar el cambio como con desgana. Ese alejamiento con el cliente que no les da conversación es lo que me gusta de ellas, que no tienes que cruzar palabra ninguna. Yo en mi Día de confianza ni me molesto en despedirme, ni adiós ni h'talugo.

Además que a mí lo de Hacendado me da dolor de barriga y acidez, y eso que yo tengo un estómago de perro.
Para qué voy a pagar 1'70 por yogur griego de fresa si lo puedo encontrar por 80 céntimos en Alcampo del Grupo Auchan.
Mercadona me parece caro, con raciones no aptas para solteros y con ese engendro aglutinador que atiende al nombre de Hacendado.
En Logroño hay un Mercadona en un barrio popular multiculti donde la moronegrada y los losers pagan sin chistar. Ahora bien, por mi barrio hay dos, y cada vez que entro, me siento como un paria que se ha colado en Elysium. Como si la crisis no fuera con ellos. Barrunto que o son funcis, o comepangas con ropa cara.
Si quiero pijotadas, Carrefour me ofrece buena calidad precio. Y al menos aquí, la clientela es de clase media de verdac, aunque creo que en otras comunidades es para gitanos. Al menos, el de las rayas de Cruz y raya, pronunciaba Carreful con el acento del pueblo rom.
Y si quiero pagar lo mismo que en Metadona y tener posibilidad de elección fuera de las garras de Hacendado, voy a Eroski.
Pero insisto, my seal of approval goes to Auchan y derivados, y Lidl.
 
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