Pero vamos a ver, que un saco de mierda del calibre de este tío no merezca que lo amuñequen como a un jabalí, porque el tío no era más que un payaso que había encontrado su nicho mediático intentando ser más papista que el Papa desde el ala extremista de los republicanos, no niega el hecho de que el tío era un saco de mierda y que, desde una perspectiva puramente cristiana, el saco de mierda está ahora mismo ardiendo en el infierno por su incontables pecados.
Es decir, asesinarlo, no, porque en el fondo era una fuente de lulz, pero lo era con ánimo de lucro y eso lo convierte en un saco de mierda pecaminoso, porque lucrarse de la siembra del odio está mal (Abascal) y como ahora está muerto, desde una óptica cristiana no puede sino estar en el infierno ardiendo. Cada cosa en su sitio.