Añejo PL - Back to the vetusto

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Yo me acuerdo de las palizas que me daba mi madre. Ahora ya no se ven madres soltando hostias a los niños, pero cuando veo una me entra melancolía y me recreo con el castigo y la humillación. No hay nada mejor para redimirse que la paliza que da una madre.
 
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Los calcetines de los domingos eran blancos y de ganchillo. No tenían goma y estaban siempre en los tobillos.
 
John McClane rebuznó:
Ah, esa gran marca para adolescentes mafias wannabe, bueno, esa...y tropecientas mil también de razas de perro, la clave es que fueran muy violentos y shungos, es decir bull terrier...pitbull, sí, pekinés o bodeguero andaluc...NO.
 
yo llevaba camisas de la marca esta

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y encima un verlac
 
Verruga rebuznó:
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Yo me acuerdo de las palizas que me daba mi madre. Ahora ya no se ven madres soltando hostias a los niños, pero cuando veo una me entra melancolía y me recreo con el castigo y la humillación. No hay nada mejor para redimirse que la paliza que da una madre.

Mi padre me pegó una vez en la vida, y valió por mil. Resulta que yo de crio siempre hacía gañotas (es correcta esta palabra en castellano?) cuando me hacían fotos. O sea, que hacía el subnormal poniendo caras raras y feacas. No había manera de que me sacaran una foto normal, siempre tenía que hacer el tonto. El día de mi comunión mis padres prepararon todo muy guay. La hice en Montserrat, el rincón más bonito y simbólico de Cataluña, en un gran banquete y con mazo de peña invitada. A la hora de la ceremonia, en la Iglesia, pues me hacían fotos y yo haciendo el gilipollas poniendo caras de mierda, y ahí mi padre dijo no, que ese día no, que allí en medio ya era demasiado, y me metió una leche de alucine con la mano abierta. Me dolió incluso más la sorpresa, el no esperar que mi padre pudiera darme una leche de tal tamaño.
 
John McClane rebuznó:

Es lo más apropiado para cuando ir a mear atravesando la casa helada hasta el baño sea una aventura, buscar la bata, la bufanda y echar un par de cojones para salir del dormitorio. Solo puedo usarlo cuando estoy solo, mi mujer me dijo que era un guarro y me llamó cavernícola, el mayor solo dijo que qué cojones era eso.
 
ricky_ricardo rebuznó:

Es curioso, pero creo recordar todos y cada uno de los sabores de esos polos. Del frigurón sólo tengo un vago recuerdo, supongo que lo probé y no me gusto mucho porque no tengo muy claro su sabor, pero los demás es como si los tuviera en la boca.

Otro cartel mítico es este, con los Negritos, los Calipos (no eran mis favoritos) y los twister (falta el de nata y chocolate). Las tarrinas que era lo que comían las señoritas para no mancharse y por decoro, los Saguich que parecía que alimentaban y todo, y el chocolate duro de dentro del Super Choc.
Delicatessen de domingos o cuando acompañabas al viejo al bar mientras él se emborrachaba.

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El Frigurón era hamérrimo y sabía a piña.
Lástima que durara tampoco a la venta.
 
Mikobruja > cualquier helado que pongáis (os permito un camiseta).
 
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El cartel de helados Avidesa con Camionero o Zubipanceta no podría encajar mejor en este hilo.
 
Slk rebuznó:
Mi padre me pegó una vez en la vida, y valió por mil. Resulta que yo de crio siempre hacía gañotas (es correcta esta palabra en castellano?) cuando me hacían fotos. O sea, que hacía el subnormal poniendo caras raras y feacas. No había manera de que me sacaran una foto normal, siempre tenía que hacer el tonto. El día de mi comunión mis padres prepararon todo muy guay. La hice en Montserrat, el rincón más bonito y simbólico de Cataluña, en un gran banquete y con mazo de peña invitada. A la hora de la ceremonia, en la Iglesia, pues me hacían fotos y yo haciendo el gilipollas poniendo caras de mierda, y ahí mi padre dijo no, que ese día no, que allí en medio ya era demasiado, y me metió una leche de alucine con la mano abierta. Me dolió incluso más la sorpresa, el no esperar que mi padre pudiera darme una leche de tal tamaño.

Verruga rebuznó:
Yo me acuerdo de las palizas que me daba mi madre. Ahora ya no se ven madres soltando hostias a los niños, pero cuando veo una me entra melancolía y me recreo con el castigo y la humillación. No hay nada mejor para redimirse que la paliza que da una madre.

Pegar a un hijo es un arte que se está perdiendo en esta gran nación que es esta puta mierda de país, ahora los poderosos quieren niños tontos que se conviertan en adultos malcriados, llorones y sin conocer el mundo real, ignorantes y analfabetos, Crom nos proteja de tanto tonto que viene tirando de mama... a los niños se les enseña desde el principio que si te pasas de la raya a lo mejor te calzan una ostia y esa es la mejor lección que un padre puede darle a un hijo (y le duele más al padre que al hijo)... las mierdas de supernany so chuminadas para hacernos retrasados.
 
Lo suyo sería ver que guardamos los foreros del pasado, esas cosas que nos acompañan año tras año y mudanza tras mudanza. Objetos inútiles como ese instrumento de cuerda hecho con el caparazón de un armadillo, que es feo de cojones, pero no sabría decir que tipo de atracción ejerce sobre mi que me hace incapaz de deshacerme de ello. O mi primer portátil, un Inves con MS-DOS y windows 3.11 que todavía funciona.
 
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