Decirle a un tío que manifiesta el deseo de despreciar y rechazar a gente que no le ha hecho nada que eso está mal es abusar.
Amigos, ya sabéis: hay que concederle el derecho a la gente que ha tenido mala suerte en el reparto azaroso de la vida a apuñalarte por la espalda, aunque tú no tengas nada que ver. El tuerto tiene derecho a sacarle un ojo al que ve bien, y si le dices que no, abusas.