El año pasado me contactó una compañera del colegio con la intención de preparar una cena de estas de mierda.
Hacía como 25 años que no sabía nada de esta moza, estaba loca por mí en el cole pero pasaba muchísimo de ella, sus gafas, ortodoncia y tardío desarrollo no le ayudaban a ello y a mí en 8* me iban las tetudas.
Un par de años después, me saludó en un antro del polígamo Urtinsa y aquello había sido el puto cuento del Patito Feo, ya ni ortodoncia, ni gafas, medía 1’75 y Diosito le había castigado con unos tetones como sandías. Pero andaba con un malote y no tuve mucho chance.
Y de ahí hasta el pasado año, no utilizo redes sociales desde hace muchísimo, me llegan las notificaciones al mail, que paso olímpicamente, pero cuando vi que era una solicitud de amistad con el nombre y apellidos de esta pajarraca, me faltó tiempo para logarme y mandarle un privado ofreciendo toda suerte de Fantas.
Me contó que su intención era convocar una cena de compañeros del colegio y que como yo tenía trato con la gente con quien ella no se relacionaba mucho, entre los dos seguro que podríamos localizar a prácticamente toda la clase.
Paso mucho de esas mierdas, de hecho me he escaqueado de varias ofertas de estas lastimosas, pero viendo las fotos del Facebook de Patri se me puso la polla como una cinta de lomo y si me hubiese sugerido meter la lengua en el enchufe, me hubiese parecido una idea estupenda.
Total, que le sugerí tomar un café y ya planeábamos los detalles, accedió y la semana siguiente estábamos en ello. Me quedé con la boca abierta y ella disfrutó de ello dándome en los morros, era su venganza por haberla ignorado tanto y ahora disfrutaba viéndome babear como otro más a su alrededor. Guapa sin ser algo fuera de serie, pero un cuerpazo brutal, de los que te hacen girarte por la calle y pelártela en casa.
Ahora es abogada y felizmente casada, tenía que ir con tacto, pero lo distendida que estaba siendo la conversación además de las miradas y el lenguaje corporal me hicieron ir a saco. Eso y que fui tanteando y ella no me cortaba en seco, se dejaba querer y disfrutaba viendo arrastrarse al chulito del que estaba enamorada en el cole y pasaba de ella. Cuando me recordó que le gustaba mucho pero no le hacía caso, no dudé mucho en hacerle saber que ese problema no lo tendría ahora, ella seguía flirteando encantada con la situación y empecé una labor de pico y pala a carajo sacado de las mejores que recuerdo, toda la cantidad de gilipolleces que quería oír, las escuchó y con bonus track.
A las 2 horas estaba reservando la habitación de un hotel cercano, donde ella me decía entre el cachondeo que bueno, no me hiciera ilusiones porque era probable que no pasase nada porque esto era una locura y todo eso. Yo tenía claro que una vez cerrada la puerta de la habitación no se escapaba ni por la ventana.
Así que fuimos a mi coche, además llevé el de los domingos y le sirvió para lubricar más. 10 minutos después de llegar a la habitación me estaba felando. Un par de polvos con los que trempo como un mandril recordándolos.
Después de aquello, intenté repetir poco después pero con el arrebato de dignidad que le dio por ser una respetable señora casada y víctima de un trilero liante como yo que le llevó a hacer cosas que no quería y demás, ahí ha quedado por el momento, y no insistiré mucho que siendo buena conocedora del código penal, no vaya a hacerme una de sobaco morado y todavía salga trasquilado.
Y a todo esto, ni cena de compañeros de colegio ni pollas.