Cómo interpretar las señales y liebre a la que le dan las largas

yo con mi peluquera pase de hablarle a hablarle lo minimo,aunque hay veces que le da ella a la sin hueso y es ella la que me saca conversacion,eso si antes le hablaba por el instagram por md y desde hace tiempo ni un mensaje le mando,si mas adelante por lo que sea ella cambia el chip que de el paso ella.
 
En el mercado central de Valencia es obligado que las de las paradas, muchas de ellas ya entradas en años, con hijos y nietos, te traten de cariño, bonico, guapo, rey y zalamerías por el estilo. Es la manera de tratar a los clientes, por eso se llama comercio de proximidad.

Cierto, pero a mi me ganan más y mejor con el "chico". Amparo, atiéndeme a este chico. Con mis canas barbáceas. Me desarman.
 
Una vez uno me dijo: entre la que liga echando miradas sugerentes y la que lo hace mostrando una sonrisa, me quedo con la última.

No existen las miradas sugerentes; quizá sólo, tal vez, en la mente del espectador... Es mucho mejor sonreir
 
Lo mismo me pasa con la dependienta de una tienda de comics. Porsupu que se lo hará a 239874379832879 frikis más. Ya si me animo algún dia os comento la jugada. Gñé.
 
Ya conté una experiencia en este hilo

Mi conclusión después de tantos años, lo de las señales es una gilipollez. Si crees que alguna te está tirando la caña pues como te han comentado ya, le dices para tomar algo a sabiendas que te puede salir el tiro por la culata y que eso no te tiene que hundir. Eso sí, siempre con discreción y en algún momento que estés a sola con ella para evitar un momento embarazoso con espectadores. La línea que separa la amabilidad del proceso de seducción es muy fina.

A las mujeres les gusta sentirse deseadas. Yo creo que tontean aunque ellas no se den cuenta, porque aunque no estén disponibles que alguien se fije en ellas les aumenta el ego y la autoestima. Y sin arriesgar nada, simplemente se dedican a realizar descartes.
 
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A mí lo que me gustaría saber es quién y cómo le hizo tanto daño a Pontecorvo para que le den tremendos sirocos con una pobre cajera que, de manera torpe o no, solo ha sido amable. La virgen, qué cicatrices llevan algunos.
 
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