Te puedes guardar una lata de sardinas en un bolsillo y llevarla ahí por si te da un apretón en cualquier lado, tienen el tamaño perfecto para que quepa en el bolsillo del vaquero, en el bolsillo interior de la americana, en cualquier lugar, oiga. Y qué variedad: sardinillas al limón, picantes, en aceite de oliva, de girasol, de todas las formas que te puedas imaginar. Calamares en salsas exóticas, en su tinta, mejillones, navajas, almejas chilenas que parecen chochos cuarentones pero con mejor sabor, chipirones al ajillo, atún al natural desmigajado, sin desmigajar y en aceite de oliva, de girasol, etc y etc. Pateses de todos los sabores y texturas. Y más cosas que ahora no caigo pero que si os dais una vuelta por el pasillo de conservas de vuestro supermercado de confianza podréis admirar.
Es el futuro, sin duda.