Barley
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- 29 Mar 2008
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HOLA, SOY KOBAYASHI. COMO TE DECÍA, NO SOY UN PRINGUI CUALQUIERA EN PL.
Esta tarde he estado en el Thyssen y he pensado en hacer otro hilo sobre arte, pero esta vez tratando de crear algo original que no se halla en este transitado subforo: un hilo de forochat, pero no un hilo de forochat cualquiera que hable de varios temas sin ninguna relación entre sí sin más, sino un hilo de forochat sobre arte. Llevo relativamente poco tiempo aquí, pero en el poco tiempo que llevo me he dado cuenta de que somos bastantes los foreros que sentimos amor hacia la belleza condensada en los lienzos, las esculturas e incluso en los grandes monumentos y edificios -desde Bernini a Lloyd Wright, pasando por Haussmann y muchos otros. Así que, a falta de un subforo dedicado exclusivamente al arte, ¿por qué no usamos este hilo para debatir sobre el mismo hablando sobre varios autores y tocando varios aspectos de este mundo que tanto nos fascina a muchos? Cierto es que ya hay hilos acerca de este tema, pero la mayoría suelen tratar sobre autores concretos -como los que ya se abrieron en su día sobre Goya, el Greco o Francis Bacon, por mencionar algunos ejemplos-, lo que hace que los foreros que sientan interés hacia el arte en general, pero no conozcan mucho sobre el autor en concreto, no se sientan capaces de participar en los mismos aun teniendo ganas de hablar sobre arte en general, fin para el cual he decidido arriesgarme a crear este hilo -y digo arriesgarme porque normalmente los hilos de forochat los suelen abrir los veteranos con más de 1000 mensajes- que quizás reciba pocas respuestas, pero, al fin y al cabo, quien no arriesga no gana.
Bien, empecemos con Henri Matisse, de cuya exposición acabo de llegar hace algunas horas. He escrito sobre las impresiones que me ha causado la misma, así como sobre qué nos enseña, por lo que podéis optar entre leer el ladrillo y la pregunta final, o sólo la pregunta final (o sólo el texto sobre el pintor) antes de que iniciemos este experimento foril que no sé si tendrá éxito o no.
Ladrillo en spoiler:
La exposición se encuentra dividida, grosso modo, en varios aspectos como suele hacer el Thyssen-Bornemisza (El Prado en cambio ordena los cuadros de manera cronológica, yo lo prefiero así, ya que de este modo es más fácil apreciar la evolución del autor): paisajes, forma, fondo... Y también en tres etapas cronológicas (desde finales del siglo XIX hasta 1917, desde 1917 hasta 1941, y desde 1941 hasta 1953), siendo la que más atención recibe en este caso la situada en el periodo de entreguerras, periodo durante el cual Matisse trata de crear un nuevo tipo de pintura para el siglo XX sin conseguirlo, intención que resulta meritoria dejando aparte el hecho de que se trate de alguien sobrevalorado -La Danza por ejemplo es bueno, sin embargo otros cuadros como Carnaval en Niza dejan bastante que desear. El hecho de que tratase de crear un estilo completamente nuevo mucho después de su paso por la Escuela de Bellas Artes, se debió en gran parte a su voluntad de contribuir a reconstruir el mundo tras la devastación causada por la I Guerra Mundial; elegiría la cálida, apartada y luminosa Niza como nuevo lugar desde el que trabajar.
Precisamente en Niza, desde su habitación, contribuye a intentar aportar algunas novedades al mundo de la pintura, siendo la principal de ellas pintar el paisaje marítimo que veía desde la ventana incluyendo también parte de la habitación, pues en su mente trataba de concebir, no sólo lo que veía, sino todo lo que en ese momento le rodeaba, tratando, en sus propias palabras de "organizar la mente estableciendo una jerarquía de sensaciones", y es que Matisse, que se dejó influir por los impresionistas y los neoimpresionistas (especialmente por Cézanne) se distinguió de éstos aun habiendo copiado algunas de sus técnicas en el sentido de que su principal objetivo era plasmar sus emociones en una composición supuestamente perfecta -a diferencia de los impresionistas, quienes trataban de "fotografiar" un momento concreto atrapándolo para siempre. Otra novedad fue la incluir objetos puramente negros para resaltar aún más el colorido de los suaves y pastelosos tonos de las obras de esta época post-bélica, pero renunciando a los claroscuros, es decir, que pinta todo con colores y trazos muy suaves salvo algún detalle o dos, siendo éstos completamente negros, de modo que la claridad y la serenidad del conjunto resaltan más si cabe. Y la tercera y última novedad de esta etapa, la cual permanecerecía durante el resto de su carrera, sería la de eliminar adrede la diferencia entre las figuras y el fondo, prestando mucha más atención a la composición total y a los colores tan vivaces en toda su obra. Ahora bien, la duda que me asalta al pensar en esto es, ¿relegó el dibujó a un plano completamente secundario en casi todos sus cuadros debido a que, aun sabiendo dibujar, lo despreciaba, o a que, de este modo, conseguía disimular su mediocridad como dibujante y creador? Viendo hasta qué punto son tan simples y toscos sus dibujos y sus trabajos en el campo de la escultura -en el que no destacó- la respuesta está clara: Matisse fue un pésimo dibujante, además de un pintor bastante corrientito aunque, eso sí, con estilo propio.
Antes de llegar a esta etapa, Matisse ya tenía en mente la idea de modernizar la pintura tratando de crear escuela, sin embargo, en su afán de buscar un estilo único e independiente fue consciente de haber simplificado tal vez demasiado, como ocurre en la obra Sátiro y ninfa, inspirada por un poema de Mallarmé, por lo que creó esas tres innovaciones de las que ya hemos hablado de las cuales sólo la tercera es verdaderamente relevante. En Niza, continúa desarrollando lo que llamó "pintura de intimidad", de las cuales una de las condiciones básicas es la tratar de evitar todos los mecanismos de representación académica de la profunidad y, sobre todo, de la perspectiva -la elimina, ante lo que me pregunto nuevamente si esto se debió a que quiso eliminarla, aun sabiendo crearla, o si directamente no sabía representarla, y si por esta razón optó por disfrazar su falta de talento bajo una supuesta innovación. Una novedad que incluiría en este tipo de pintura sería la ventana como una suerte de dispositivo que permite mirar hacia fuera, no obstante Matisse busca el momento en que ésta se funde con el espacio en el que el espectador está confundiendo el paisaje contemplado con el lugar desde el que se observa. Matisse une así, al mismo tiempo, lo más lejano con lo más cercano en un sólo instante en el que plasma sus emociones dándole más importancia a éstas que a la objetividad en sí.
Durante su etapa en Niza, en general Matisse se centraría en el espacio interior, usando su habitación como el laboratorio desde el que experimentaría con paisajes y modelos. Más tarde, en cambio, comenzaría a interesarse por el paisaje exterior despreocupándose de usar las ventanas como medio de representación tal y como había hecho antes. Al igual que los impresionistas, se preocuparía por el paisaje, pero en este caso arremetiendo contra el impresionismo del que había aprendido y usando perspectivas y técnicas diferentes, de modo que no se puede encasillar a Matisse dentro de los impresionistas, pues en realidad, aunque su estilo es único, está más cercano de los fovistas que de los primeros. Dentro de su periodo en la pequeña ciudad costera, que es del que trata la exposición, el autor, tras haberse centrado en los interiores y los paisajes, se interesa por el desnudo intentando así volver a la forma y el volumen, tanto en la pintura y la escultura, trabajando el bronce y usando ésta última como un medio para mejorar en el primer campo, es decir, como un medio y no como un fin en sí mismo -lo mismo pueden decirse de sus dibujos y sobrevaloradísimos collages-, por lo que el simple adjetivo de "pintor" sin más le correspondería mejor que el de "artista" en general, el cual se lo merecerían más otros autores como Dalí o Picasso, quienes prácticamente se atrevieron con todo y no sólo con los pinceles.
Al no estar seguro de estar consiguiendo aquello que quiere alcanzar, Matisse deja prácticamente de pintar entre 1927 y 1934 -aunque le diese ánimos de vez en cuando contemplar Las bañistas de Cézanne, obra adquirida por él que le serviría de inspiración y de apoyo moral en muchos momentos de flaqueza, y que más tarde donaría a la ciudad de París. En 1934, volvió a la pintura de intimidad, mas siendo consciente de que carecía de la capacidad de desarrollar la tridimensionalidad aun eliminando la barrera entre figura y fondo, pero habiendo desarrollado levemente su capacidad para el dibujo. El dibujo le permitiría, en su última etapa, representar todo aquello para lo que había tenido dificultades con el mero trazo y el color, es por esto que, al final de su carrera se centraría sobre todo en dibujar antes que en pintar, ya que su fracasada carrera como pintor -digo fracasada, a pesar del hecho de que comprasen sus obras porque él mismo lo sintió y reconoció así- le enseñó que existe, en el fondo, una distancia insalvable entre arte y vida -la cual trató de traspasar sin conseguirlo ni saber cómo.
En resumen, un mediocre pintor sobrevalorado sin habilidad alguna para el dibujo, torpe en el terreno de la escultura, pero apreciable pese a todo ello por haberse atrevido a intentar revolucionar el panorama artístico del siglo anterior. Se merece algún respeto por ello, pero tampoco es que sea uno de los grandes; dejémoslo en que era bueno a secas.
Precisamente en Niza, desde su habitación, contribuye a intentar aportar algunas novedades al mundo de la pintura, siendo la principal de ellas pintar el paisaje marítimo que veía desde la ventana incluyendo también parte de la habitación, pues en su mente trataba de concebir, no sólo lo que veía, sino todo lo que en ese momento le rodeaba, tratando, en sus propias palabras de "organizar la mente estableciendo una jerarquía de sensaciones", y es que Matisse, que se dejó influir por los impresionistas y los neoimpresionistas (especialmente por Cézanne) se distinguió de éstos aun habiendo copiado algunas de sus técnicas en el sentido de que su principal objetivo era plasmar sus emociones en una composición supuestamente perfecta -a diferencia de los impresionistas, quienes trataban de "fotografiar" un momento concreto atrapándolo para siempre. Otra novedad fue la incluir objetos puramente negros para resaltar aún más el colorido de los suaves y pastelosos tonos de las obras de esta época post-bélica, pero renunciando a los claroscuros, es decir, que pinta todo con colores y trazos muy suaves salvo algún detalle o dos, siendo éstos completamente negros, de modo que la claridad y la serenidad del conjunto resaltan más si cabe. Y la tercera y última novedad de esta etapa, la cual permanecerecía durante el resto de su carrera, sería la de eliminar adrede la diferencia entre las figuras y el fondo, prestando mucha más atención a la composición total y a los colores tan vivaces en toda su obra. Ahora bien, la duda que me asalta al pensar en esto es, ¿relegó el dibujó a un plano completamente secundario en casi todos sus cuadros debido a que, aun sabiendo dibujar, lo despreciaba, o a que, de este modo, conseguía disimular su mediocridad como dibujante y creador? Viendo hasta qué punto son tan simples y toscos sus dibujos y sus trabajos en el campo de la escultura -en el que no destacó- la respuesta está clara: Matisse fue un pésimo dibujante, además de un pintor bastante corrientito aunque, eso sí, con estilo propio.
Esta obra ejemplifica muy bien lo expuesto, en el sentido de que aquí se ven bien cómo desaparece la profundidad académica mediante la fusión del fondo con los objetos representados -el dibujo pasa completamente a un segundo plano-, la presencia de la ventana como vehículo unificador entre el fondo y el sitio en el que está el espectador, y el pequeño elemento negro que es la silla cuya función no es sino la de aportar más luminosidad, no siendo irónicamente la misma un elemento claro ni luminoso.
Antes de llegar a esta etapa, Matisse ya tenía en mente la idea de modernizar la pintura tratando de crear escuela, sin embargo, en su afán de buscar un estilo único e independiente fue consciente de haber simplificado tal vez demasiado, como ocurre en la obra Sátiro y ninfa, inspirada por un poema de Mallarmé, por lo que creó esas tres innovaciones de las que ya hemos hablado de las cuales sólo la tercera es verdaderamente relevante. En Niza, continúa desarrollando lo que llamó "pintura de intimidad", de las cuales una de las condiciones básicas es la tratar de evitar todos los mecanismos de representación académica de la profunidad y, sobre todo, de la perspectiva -la elimina, ante lo que me pregunto nuevamente si esto se debió a que quiso eliminarla, aun sabiendo crearla, o si directamente no sabía representarla, y si por esta razón optó por disfrazar su falta de talento bajo una supuesta innovación. Una novedad que incluiría en este tipo de pintura sería la ventana como una suerte de dispositivo que permite mirar hacia fuera, no obstante Matisse busca el momento en que ésta se funde con el espacio en el que el espectador está confundiendo el paisaje contemplado con el lugar desde el que se observa. Matisse une así, al mismo tiempo, lo más lejano con lo más cercano en un sólo instante en el que plasma sus emociones dándole más importancia a éstas que a la objetividad en sí.
Sátiro y ninfa, una de sus primeras obras. Se puede apreciar el exagerado protagonismo del color, sin duda el movimiento fovista fue de los más influyentes en su trayectoria.
Durante su etapa en Niza, en general Matisse se centraría en el espacio interior, usando su habitación como el laboratorio desde el que experimentaría con paisajes y modelos. Más tarde, en cambio, comenzaría a interesarse por el paisaje exterior despreocupándose de usar las ventanas como medio de representación tal y como había hecho antes. Al igual que los impresionistas, se preocuparía por el paisaje, pero en este caso arremetiendo contra el impresionismo del que había aprendido y usando perspectivas y técnicas diferentes, de modo que no se puede encasillar a Matisse dentro de los impresionistas, pues en realidad, aunque su estilo es único, está más cercano de los fovistas que de los primeros. Dentro de su periodo en la pequeña ciudad costera, que es del que trata la exposición, el autor, tras haberse centrado en los interiores y los paisajes, se interesa por el desnudo intentando así volver a la forma y el volumen, tanto en la pintura y la escultura, trabajando el bronce y usando ésta última como un medio para mejorar en el primer campo, es decir, como un medio y no como un fin en sí mismo -lo mismo pueden decirse de sus dibujos y sobrevaloradísimos collages-, por lo que el simple adjetivo de "pintor" sin más le correspondería mejor que el de "artista" en general, el cual se lo merecerían más otros autores como Dalí o Picasso, quienes prácticamente se atrevieron con todo y no sólo con los pinceles.
Las bañistas de Cézanne, una de las obras favoritas de Matisse.
Al no estar seguro de estar consiguiendo aquello que quiere alcanzar, Matisse deja prácticamente de pintar entre 1927 y 1934 -aunque le diese ánimos de vez en cuando contemplar Las bañistas de Cézanne, obra adquirida por él que le serviría de inspiración y de apoyo moral en muchos momentos de flaqueza, y que más tarde donaría a la ciudad de París. En 1934, volvió a la pintura de intimidad, mas siendo consciente de que carecía de la capacidad de desarrollar la tridimensionalidad aun eliminando la barrera entre figura y fondo, pero habiendo desarrollado levemente su capacidad para el dibujo. El dibujo le permitiría, en su última etapa, representar todo aquello para lo que había tenido dificultades con el mero trazo y el color, es por esto que, al final de su carrera se centraría sobre todo en dibujar antes que en pintar, ya que su fracasada carrera como pintor -digo fracasada, a pesar del hecho de que comprasen sus obras porque él mismo lo sintió y reconoció así- le enseñó que existe, en el fondo, una distancia insalvable entre arte y vida -la cual trató de traspasar sin conseguirlo ni saber cómo.
En resumen, un mediocre pintor sobrevalorado sin habilidad alguna para el dibujo, torpe en el terreno de la escultura, pero apreciable pese a todo ello por haberse atrevido a intentar revolucionar el panorama artístico del siglo anterior. Se merece algún respeto por ello, pero tampoco es que sea uno de los grandes; dejémoslo en que era bueno a secas.
Y ahora, la gran pregunta con la que se podría resumir el ladrillo anterior: ¿es el arte moderno una farsa y, en cierto modo, un tipo de arte degenerado? Agradecería que, en caso de que llegue a buen puerto esta iniciativa, se fuese editando el título conforme se discutiese sobre según qué temas y autores -verbigracia, si nos da por hablar sobre Leonardo sería lógico incluir una pregunta acerca del mismo en el título.