Candela
Freak
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El mozo no es feo, con otra expresión más amable sería atractivo, los rasgos son normales y no tiene defecto físico aparente, pero la paga que le den, bien le está. Tiene la mirada psycho, no está en los ojos, sino en la forma de mirar, perdida y enfocada en algo que le obsesiona a la vez, creo que hablé de ello en algún hilo perdido.
Ver el archivos adjunto 14194
No digáis que no le veis similitud en la forma de mirar con...
Buscando cosillas he pensado, bueno, da para hilo, así que con la bella efigie de nuestro forero, abro hilo. No trata acerca de psicópatas famosos, que de eso ya se ha hablado largo y tendido, sino de como renoconer a los psicópatas en nuestra vida diaria, y hablar acerca de nuestras interacciones, normalmente obligatorias, con ellos.
Dice internet, un tal Daniel Pérez, con un blog muy entretenido:
LOS OJOS del psicópata son un reflejo de la falta de sentimientos y vida interior y la incapacidad de comprender a los demás. Por eso son inexpresivos, inertes... solo muestran esa concentración que te atraviesa a veces.
LA MIRADA Y LA EXPRESIÓN FACIAL, sobre todo en privado o cuando se les afloja un poco la máscara o el personaje social y muestran su verdadera cara, puede ser una cara petrificada, es difícil saber que están pensando y parece cómo si no comprendieran cuando les pides explicaciones o les transmites alguna preocupación, no parece que tengan una expresión diferente de la que tendrían si estuvieran mirando a un objeto.
Pues lleva razón.
¿Qué foreros pensáis sin lugar a dudas que son psicópatas? Ya sabéis que cuando hablamos de psicópatas no hablamos del psicópata asesino, sino del que se maneja en su dia a dia con esta personalidad, sin llegar a delinquir.
Personalmente, y aunque seguro que han sido muchos más, algunos de los psicópatas que me he encontrado en mi vida, han sido superiores laborales. La primera, una mujer en una inmobiliaria. Gran éxito empresarial, 45 años, yo tenía 30 por aquel entonces. Pero que 45 años. Cuerpo de gimnasio, ropa elegante y favorecedora, curvas perfectas... pretendía algo conmigo, y empezó a tejer una red seductora a mi alrededor, disfrazándolo de colegueo y de temas laborales que se alargaban un poco, mejor en un bar que en la oficina. Y a punto estuve de caer, porque uno no es de piedra. Pero muchas cosas me empezaron a cuadrar, y en alguna ocasión más relajada, le vi la mirada de Cáncer de Colon y a pesar de que la ví alguna vez más después de dejar el trabajo, la cosa no pasó a mayores. Me intentaba manipular buscando puntos en común, al averiguar alguna afición mía, investigaba sobre ella y se fingía interesada en lo mismo, provocaba pequeños piques de opiniones para empezar la conversación y el volver a vernos para hacer una investigación y ver quién llevaba razón; fingía problemas para poner en el brete de ayudarla a la gente, y luego escalar profesionalmente sobre ellos... una serie de cosas que con el tiempo y desde fuera me han hecho ver la psicopatía que tenía.
Otro psicópata de manual fue el jefe de mi primer destino de funcionario en Madrid. Siempre gente con éxito laboral, pues es fácil para ellos pisar a todo el mundo y ascender a donde quieran. Por suerte no tuve que tratar personalmente demasiado con él, pues logró otro ascenso y en la cúspide de su oficina en otra planta apenas lo veía, pero al principio si coincidíamos más. La amabilidad y la buena educación eran perfectas, pero algo no te cuadraba cuando hablabas con él. Sonrisas de esas que duran unos segundos menos que una natural, y que dan rápidamente paso a un rictus perverso. Oir como machaca telefónicamente por teléfono desde su despacho a alguien, y salir por la puerta con una sonrisa de satisfación. Hacer llorar a algún subordinado y estremecerse de placer... cosas así.
Este tío, a diferencia de mi otra jefa, no me hacía sentir nada cómodo en su presencia (y tampoco me quería follar, a Lol gracias). Cada vez que tenía que decirle algo lo hacía lo más rápido posible y salía huyendo. De hecho, un día tuve que dejarle una correspondencia en la mesa, y para hablar lo menos posible con él, entré al despacho, se la lancé a la mesa sin hacer contacto visual y salí lo más rápido posible. Por supuesto, ahí se dio cuenta de mi vulnerabilidad y lo aprovechó para hacerme sentir mal, me dijo: por favor, pide permiso al entrar, salúdame... Peor me puse, y ya evité hasta el extremo cualquier interacción, todo por mail. Cuando tenía que telefonearlo, sudaba. Horror.
Mis psicópatas tenían en común el éxito profesional, una cohorte de admiradores, capacidad de seducción sexual, personalidad fuerte y extrovertida, eran manipuladores e inteligentes.
Psicópatas en vuestras vidas. O vuestro devenir como psicópatas. Contadme.
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No digáis que no le veis similitud en la forma de mirar con...
Buscando cosillas he pensado, bueno, da para hilo, así que con la bella efigie de nuestro forero, abro hilo. No trata acerca de psicópatas famosos, que de eso ya se ha hablado largo y tendido, sino de como renoconer a los psicópatas en nuestra vida diaria, y hablar acerca de nuestras interacciones, normalmente obligatorias, con ellos.
Dice internet, un tal Daniel Pérez, con un blog muy entretenido:
LOS OJOS del psicópata son un reflejo de la falta de sentimientos y vida interior y la incapacidad de comprender a los demás. Por eso son inexpresivos, inertes... solo muestran esa concentración que te atraviesa a veces.
LA MIRADA Y LA EXPRESIÓN FACIAL, sobre todo en privado o cuando se les afloja un poco la máscara o el personaje social y muestran su verdadera cara, puede ser una cara petrificada, es difícil saber que están pensando y parece cómo si no comprendieran cuando les pides explicaciones o les transmites alguna preocupación, no parece que tengan una expresión diferente de la que tendrían si estuvieran mirando a un objeto.
Pues lleva razón.
¿Qué foreros pensáis sin lugar a dudas que son psicópatas? Ya sabéis que cuando hablamos de psicópatas no hablamos del psicópata asesino, sino del que se maneja en su dia a dia con esta personalidad, sin llegar a delinquir.
Personalmente, y aunque seguro que han sido muchos más, algunos de los psicópatas que me he encontrado en mi vida, han sido superiores laborales. La primera, una mujer en una inmobiliaria. Gran éxito empresarial, 45 años, yo tenía 30 por aquel entonces. Pero que 45 años. Cuerpo de gimnasio, ropa elegante y favorecedora, curvas perfectas... pretendía algo conmigo, y empezó a tejer una red seductora a mi alrededor, disfrazándolo de colegueo y de temas laborales que se alargaban un poco, mejor en un bar que en la oficina. Y a punto estuve de caer, porque uno no es de piedra. Pero muchas cosas me empezaron a cuadrar, y en alguna ocasión más relajada, le vi la mirada de Cáncer de Colon y a pesar de que la ví alguna vez más después de dejar el trabajo, la cosa no pasó a mayores. Me intentaba manipular buscando puntos en común, al averiguar alguna afición mía, investigaba sobre ella y se fingía interesada en lo mismo, provocaba pequeños piques de opiniones para empezar la conversación y el volver a vernos para hacer una investigación y ver quién llevaba razón; fingía problemas para poner en el brete de ayudarla a la gente, y luego escalar profesionalmente sobre ellos... una serie de cosas que con el tiempo y desde fuera me han hecho ver la psicopatía que tenía.
Otro psicópata de manual fue el jefe de mi primer destino de funcionario en Madrid. Siempre gente con éxito laboral, pues es fácil para ellos pisar a todo el mundo y ascender a donde quieran. Por suerte no tuve que tratar personalmente demasiado con él, pues logró otro ascenso y en la cúspide de su oficina en otra planta apenas lo veía, pero al principio si coincidíamos más. La amabilidad y la buena educación eran perfectas, pero algo no te cuadraba cuando hablabas con él. Sonrisas de esas que duran unos segundos menos que una natural, y que dan rápidamente paso a un rictus perverso. Oir como machaca telefónicamente por teléfono desde su despacho a alguien, y salir por la puerta con una sonrisa de satisfación. Hacer llorar a algún subordinado y estremecerse de placer... cosas así.
Este tío, a diferencia de mi otra jefa, no me hacía sentir nada cómodo en su presencia (y tampoco me quería follar, a Lol gracias). Cada vez que tenía que decirle algo lo hacía lo más rápido posible y salía huyendo. De hecho, un día tuve que dejarle una correspondencia en la mesa, y para hablar lo menos posible con él, entré al despacho, se la lancé a la mesa sin hacer contacto visual y salí lo más rápido posible. Por supuesto, ahí se dio cuenta de mi vulnerabilidad y lo aprovechó para hacerme sentir mal, me dijo: por favor, pide permiso al entrar, salúdame... Peor me puse, y ya evité hasta el extremo cualquier interacción, todo por mail. Cuando tenía que telefonearlo, sudaba. Horror.
Mis psicópatas tenían en común el éxito profesional, una cohorte de admiradores, capacidad de seducción sexual, personalidad fuerte y extrovertida, eran manipuladores e inteligentes.
Psicópatas en vuestras vidas. O vuestro devenir como psicópatas. Contadme.