Hiloterapia: Raja de tus padres y quédate agusto

o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, siguen juntos. Y que ahora una pareja se divorcie por discrepar en el color del salón...
 
Ahora es el momento de que lo mates, con una silla, siempre me he imaginado matando a alguien con una silla de metal.
 
ignaciofdez rebuznó:
o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, siguen juntos. Y que ahora una pareja se divorcie por discrepar en el color del salón...

Qué verdad es.
Las tías de antes tenían mucho aguante. No se iban a divorciar porque el marido puese un putero o un borracho. Una mujer como dios manda lo aguantaba todo por la familia y el qué dirán.
Ahora son todas unas putas (creo que esta idea me la han sugerido algunos comentarios de este foro).
 
Lance_Murdock rebuznó:
Ahora es el momento de que lo mates, con una silla, siempre me he imaginado matando a alguien con una silla de metal.

Hombre, pues está bien pensado.
Igual de efectivo que coserlo a navajazos y sin quedarse uno todo pringado de sangre. Que luego que vergüenza presentarse con esas pintas ante el señor comisario...
 
Manch: en el PL tía=puta. Antes tambien eran putas, pero de otra manera. Eso si, había tios cabronazos
 
El odio que albergo en mi interior me da una fuerza tal que podría matar a cualquier persona con mis propias manos, de hecho muchas veces tengo que controlar esa fuerza psicópata cuando estoy o me cruzo por la calle con determinados desperdicios humanos. Matar a sillazos es poco elegante, prefiero matarlo a puñetazos y patadas en la cabeza.

Yo soy el típico psicópata aletargado que a los atardeceres se da una vuelta por los descampados para ver si por casualidad me topo con una puta, un indigente o un yonki solitario y allí mismo, con la luz poética del atardecer, le reviento la cabeza mientras me libero de mi ira homicida. ¿no sé si os pasa también a vosotros?
Los descampados al atardecer, cuando el cielo se tiñe de rojo, es un escenario muy bonito para matar, ¿no os parece?
 
No se, no he matado aun a naide al atardecer. También es una hora muy de western ¿no?
 
nunca entendí: matar putas. Yonkis si, son dañinos y tal; mas las putas dan un servicio, suman al PIB
 
Quiero que se me recuerde como el asesino del atardecer. Es un nombre mu chulo y tiene tirón para la prensa. Y lo de actuar en los descampados es por comodidad y para poder recrearme con la victima, lejos de miradas indiscreta, ya tú sabes.
 
Hombre, más poético/posturas que, por ej: "el forero asesino", si que es, si
 
Joder...entre winner y butifarrez... Me queda claro que hay madres y padres a los que había que expropiarles los hijos, como el ministerio de fomento expropia tierras para hacer el ave...

Madrita, que historias. No sé, es que ¿qué sentido tiene proporcionar una infancia así?. Amargada la madre, amargado el padre y amargan a los hijos. Yo creo que en los casos en los que por ejemplo, el padre da tunda a la madre, la madre debería más pensar en ahuyentar a los hijos de ese ambiente. Pero no sé si no lo hacen porque tienen miedo a quedarse solas con sus psico-killer maridos o por la sensación de bienestar que les provoca el hecho de tener a sus niños en casa. Bienestar que, por lo que se ve, va en una sola dirección. Porque si la madre tuviera un poco de empatía, diría: "puta mierda de infancia-adolescencia tienen estos crios, que ven como su padre me suelta una un día sí y otro tb..."

Joder, lo siento de veras que le pase esto a la gente. Miro en mi caso y no puedo decir más que he sido afortunado en ese sentido, con una familia normal (todo lo normal que puede ser una familia de phorero..)
 
butifarrez rebuznó:
El cerebro de mi madre llegó a una conclusión que dentro de mil años los científicos aún la estudiarán intentando entenderla. Como no había salido a jugar ese día, estaba castigado sin salir toda la semana. Aún intento entenderlo.

¿En serio no lo entiende? Pues yo lo he pillado a la primera. La zorra de su madre no contó con el factor fraca del protoforero que estaba creando, y le jodió el polvo de la semana con el fontanero/butanero de turno.

Misterio resuelto.
 
Winner de Lavida rebuznó:
Un mediodía mi padre se llevó a mi madre a su habitación y mis hermanos y yo oímos cómo la forzó a follar. Mi madre no montaba escándalos cuando follaba, era una mujer recatada, pero aquel mediodía fue algo especial. Mi madre sollozaba e imploraba a mi padre que la dejara. Le decía que la dejara, que por lo que más quisiera que parase, que por los niños que no siguiera, etc.

Mis hermanos y yo andábamos por el salón y por la cocina sin saber muy bien que hacer ante aquella situación. Algunos de mis hermanos no aguantaron la presión y salieron al patio o la calle, yo recuerdo que estuve en la cocina mientras mis oídos captaban con total nitidez cada uno de los lamentos y las suplicas de mi santa madre para que luego mi psique grabase aquello en forma de trauma.

Recuero cuando todo ceso y mi madre entro en la cocina sollozando, miro a sus hijos a los ojos y dijo: ¡Ay, lo que me ha hecho vuestro padre! Tenía la cara descompuesta y los ojos rojos de tanto llorar. Ninguno dijimos nada. Como la mesa ya estaba puesta nos sentamos todos a comer con las orejas gachas, mi padre tenía la cabeza alta, a mi madre se le caían las lagrimas en el plato. Aquella fue una comida amarga para mí.

No sé si mi padre se folló a mi madre y como esta no quería tema lloraba, o si aquel día la hizo un griego por la fuerza en plan sadomaso. El caso es que desde entonces siempre he fantaseado con matar al hijo puta de mi padre y vengar a mi madre por aquella violación.



¿Y porque cojones no lo ha hecho? la honra de su madre esta antes que su vida.....

Con todo mi respeto para usted y su santa madre.

Aun así usted es adulto y aunque su padre sea un anciano , no ya matarle pero un par de bofetadas y que conozca su ira ES UN DEBER INELUDIBLE PARA USTED. NO SE PREOCUPE POR SU MADRE ESA CLASE DE COBARDES CUANDO UN HOMBRE SE LE ENFRENTA SE LIMITAN A CAGARSE EN UN RINCÓN....



No hablo por mi santo padre que el pobre hombre era como un perro pachón que no hacia mas que dormir el pobre..... pero si por cierto pariente político que acabo con la cara como una plantación de tomates...
 
Durante gran parte de mi infancia estuve obligado a ir a misa cada domingo. Mientras yo aguantaba estoicamente las chorradas que soltaba el cura, mi madre limpiaba en casa mientras escuchaba de fondo la misa en la radio, y cuando volvía me hacía contarle de qué había ido el evangelio. No por motivos religiosos, sino para asegurarse de que había ido. Una vez me obligó a volver a la misa de las 12 porque no me había quedado con la copla. Creo que ella jamás pisó una iglesia más allá de funerales.

La catequesis era los sábados por la mañana, en un edificio antiguo al lado de la iglesia. Un día me planté allí a la hora de siempre y me encontré con que no había nadie, sólo el conserje. Era fiesta y no había catequesis. Le pregunté si podía quedarme allí hasta que fuese la hora de salir habitual. Me preguntó la razón y yo le expliqué que mi madre no me creería y me castigaría pensando que no había ido. En aquel momento me pareció lo más normal del mundo, mi madre jamás me creía.

Cuando tenía catorce años iba a clases particulares de inglés. A mi madre se le metió en la cabeza que no estaba yendo, y cada día al volver revisaba mi cuaderno. Todos los días veía un par de hojas llenas de ejercicios nuevos, con su fecha y todo. No decía nada, como mucho me reñía por mi mala caligrafía, y al día siguiente (bueno, eran dos días a la semana) volvía a revisar el cuaderno, así durante meses. Finalmente, optó por abordar a la profesora un día que la vio en el supermercado. Le preguntó si estaba faltando a clase y que qué tal me portaba. La profesora se sorprendió. Dijo que yo era muy bueno, que me portaba muy bien y no faltaba jamás. Esto ha sido una constante en mi vida, profesores, jefes, todos siempre han dicho que era buena persona.

Mi madre siguió pidiéndome el cuaderno cada día después de eso hasta que dejé de ir a clases particulares.
 
butifarrez rebuznó:
La catequesis era los sábados por la mañana, en un edificio antiguo al lado de la iglesia. Un día me planté allí a la hora de siempre y me encontré con que no había nadie, sólo el conserje. Era fiesta y no había catequesis. Le pregunté si podía quedarme allí hasta que fuese la hora de salir habitual. Me preguntó la razón y yo le expliqué que mi madre no me creería y me castigaría pensando que no había ido. En aquel momento me pareció lo más normal del mundo, mi madre jamás me creía.

Al leer esto me he acordado de mis padres, que tampoco se creian nada de lo que yo decia, y de una historia que me pasó en el colegio y que cada vez que me acuerdo, me arde la cara de la indignación.

Estaba yo en 5º o 6º de EGB. Un día, al terminar las clases, bajaba por las escaleras con un amiga charlando de nuestras cosas. Al pie de la escalera se apiñaban los padres y familiares que veían a recoger a los niños (mis padres siempre esperaban en el coche, a una distancia prudencial del colegio). Al llegar abajo, noté que alguien me agarraba del cuello y me empujaba hacia abajo. Yo, sorprendida y sin saber que pasaba, me puse a pegar patadas a diestro y siniestro hasta que le di en la espinilla a mi agresor. Conseguí que me soltara y fui a buscar a mi padre al coche, llorando como una magdalena.

Mi padre fue a enfrentarse al mamonazo aquel que, al ver su estatura, se achantó un poco y se puso a gimotear que yo le había llamado “besugo” y le había pegado una patada en la espinilla. A pesar de que la amiga que iba conmigo le dijo a mi padre que eso no era verdad, que nosotras estábamos tranquilamente sin meternos con nadie, mi padre prefirió creer al gañán aquel y me castigaron sin salir durante dos meses.

Siempre me ha sorprendido esa actitud y me he preguntado muchas veces por qué mi progenitor prefirió creer a un tío con pinta de delincuente (años después descubrí que ese tío había sido alumno de mi mismo colegio tiempo atrás, repetidor y del grupo de los matones, al que todos apodaban el “besugo” porque tenía los ojos saltones. Yo ni lo conocía, ni lo había visto nunca, ni mucho menos me sabía su apodo) antes que a su hija. Es un misterio para mí. Recuerdo a la gente de mi clase mirarme con pena cuando les decía que me habían castigado por aquello.
 
butifarrez rebuznó:
Durante gran parte de mi infancia estuve obligado a ir a misa cada domingo.
Un día me y no había nadie, sólo el conserje. Era fiesta y no había catequesis. Le pregunté si podía quedarme allí hasta que fuese la hora de salir habitual. Me preguntó la razón y yo le expliqué que mi madre no me creería y me castigaría pensando que no había ido. En aquel momento me pareció lo más normal del mundo, mi madre jamás me creía.

Cuando tenía catorce años iba a clases particulares de inglés. A mi madre se le metió en la cabeza que no estaba yendo, y cada día al volver revisaba mi cuaderno. Trevisar el cuaderno, así durante meses. Finalmente, optó por abordar a la profesora un día que la vio en el supermercado.
Mi madre siguió pidiéndome el cuaderno cada día después de eso hasta que dejé de ir a clases particulares.

Me he leido todos tus posts...Cual es el puto problema de tu madre; es que su objetivo era que vivieras amargado y en tensión constante?! Ahora adulto como te llevas con ella? Quiero decir que ya adulto supongo que estallarias y dirias "hasta aquí; ya no aguanto más"
 
Sí, los padres hijos de puta son capaces de creer la versión de los demás antes que defender a sus hijos. Los míos también lo han hecho, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) la puta de mi madre. Cuando sea vieja y no pueda ni andar pasaré de ella y dejaré que se pudra sola como venganza.
 
tatianabr rebuznó:
Al leer esto me he acordado de mis padres, que tampoco se creian nada de lo que yo decia, y de una historia que me pasó en el colegio y que cada vez que me acuerdo, me arde la cara de la indignación.

Estaba yo en 5º o 6º de EGB. Un día, al terminar las clases, bajaba por las escaleras con un amiga charlando de nuestras cosas. Al pie de la escalera se apiñaban los padres y familiares que veían a recoger a los niños (mis padres siempre esperaban en el coche, a una distancia prudencial del colegio). Al llegar abajo, noté que alguien me agarraba del cuello y me empujaba hacia abajo. Yo, sorprendida y sin saber que pasaba, me puse a pegar patadas a diestro y siniestro hasta que le di en la espinilla a mi agresor. Conseguí que me soltara y fui a buscar a mi padre al coche, llorando como una magdalena.

Mi padre fue a enfrentarse al mamonazo aquel que, al ver su estatura, se achantó un poco y se puso a gimotear que yo le había llamado “besugo” y le había pegado una patada en la espinilla. A pesar de que la amiga que iba conmigo le dijo a mi padre que eso no era verdad, que nosotras estábamos tranquilamente sin meternos con nadie, mi padre prefirió creer al gañán aquel y me castigaron sin salir durante dos meses.

Siempre me ha sorprendido esa actitud y me he preguntado muchas veces por qué mi progenitor prefirió creer a un tío con pinta de delincuente (años después descubrí que ese tío había sido alumno de mi mismo colegio tiempo atrás, repetidor y del grupo de los matones, al que todos apodaban el “besugo” porque tenía los ojos saltones. Yo ni lo conocía, ni lo había visto nunca, ni mucho menos me sabía su apodo) antes que a su hija. Es un misterio para mí. Recuerdo a la gente de mi clase mirarme con pena cuando les decía que me habían castigado por aquello.

¿Y nunca, ya de mayor, se lo has recordado a tus padres? ¿Nunca, ya cuando todo ha pasado, te has sentado como adulta y le has dicho a tus padres esto? Porque yo no esto, sino otras cosas quizá más banales, sí se lo he dicho a mi madre al cabo de los años. En plan "que lo sepas, y que sepas que la cagaste".

De butifarrez ya no digo nada porque desde luego da para novela de Dickens. Vamos, Dickens te conoce y saca dieciséis novelas.
 
Yo sólo sé que la próxima vez que se caiga el servidor será porque el puto Winner ha estado quemando hormigas.
 
butifarrez rebuznó:
Durante gran parte de mi infancia estuve obligado a ir a misa cada domingo. Mientras yo aguantaba estoicamente las chorradas que soltaba el cura, mi madre limpiaba en casa mientras escuchaba de fondo la misa en la radio, y cuando volvía me hacía contarle de qué había ido el evangelio. No por motivos religiosos, sino para asegurarse de que había ido. Una vez me obligó a volver a la misa de las 12 porque no me había quedado con la copla. Creo que ella jamás pisó una iglesia más allá de funerales.

La catequesis era los sábados por la mañana, en un edificio antiguo al lado de la iglesia. Un día me planté allí a la hora de siempre y me encontré con que no había nadie, sólo el conserje. Era fiesta y no había catequesis. Le pregunté si podía quedarme allí hasta que fuese la hora de salir habitual. Me preguntó la razón y yo le expliqué que mi madre no me creería y me castigaría pensando que no había ido. En aquel momento me pareció lo más normal del mundo, mi madre jamás me creía.

Cuando tenía catorce años iba a clases particulares de inglés. A mi madre se le metió en la cabeza que no estaba yendo, y cada día al volver revisaba mi cuaderno. Todos los días veía un par de hojas llenas de ejercicios nuevos, con su fecha y todo. No decía nada, como mucho me reñía por mi mala caligrafía, y al día siguiente (bueno, eran dos días a la semana) volvía a revisar el cuaderno, así durante meses. Finalmente, optó por abordar a la profesora un día que la vio en el supermercado. Le preguntó si estaba faltando a clase y que qué tal me portaba. La profesora se sorprendió. Dijo que yo era muy bueno, que me portaba muy bien y no faltaba jamás. Esto ha sido una constante en mi vida, profesores, jefes, todos siempre han dicho que era buena persona.

Mi madre siguió pidiéndome el cuaderno cada día después de eso hasta que dejé de ir a clases particulares.

¿Ustec ha sabido decir NO alguna vez?; parece que le mangonean hasta los ratones de casa

Le imagino asín:
Butters Wakes Up - Video Clips - South Park Studios
Butters.gif
 
butifarrez rebuznó:
Durante gran parte de mi infancia estuve obligado a ir a misa cada domingo. Mientras yo aguantaba estoicamente las chorradas que soltaba el cura, mi madre limpiaba

(...)
Me preguntó la razón y yo le expliqué que mi madre no me creería y me castigaría pensando que no había ido. En aquel momento me pareció lo más normal del mundo, mi madre jamás me creía.

Limpiaría el sable de...

La verdad es que esta historia encaja en la teoría de mundele. Normal que no le creyera nunca, no le convenía. Mejor tenerle aterrorizado y así asegurarse campo libre para sus fechorías.
 
Dejad de meteros con las madres, que está muy feo.
 
De críos no todo el mundo es capaz de decir que no.
De pequeña el que nos castigaba e incluso me levantó la mano en más de una ocasión no fueron mis padres, sino mi tío y mi abuela. Cuando se enteraron mis padres, ya de mayores, alucinaron y se cabrearon, y cuando nos preguntaron porqué nunca les dijimos nada no supimos qué contestar.
Por otro lado, yo jamás he echado en cara nada a mis padres, con verles preguntarse hoy en día qué han hecho mal tengo bastante y me sobra. No siento ningùn placer en ello.
 
No me imagino a mi madre tirándose a nadie, eso significaría disfrutar, algo que jamás ha hecho. No creo que sepa. O quizás para ella fuésemos como las hormigas de Winner, algo a lo que torturar para descargar toda su frustración al ver que ni éramos guapos ni listos, que habíamos nacido para llevar una vida de clase media baja como la suya. Mi madre es más como Bernarda Alba, lo importante es que no haya escándalo, no llamar jamás la atención ni destacar en nada.
Tendría yo 10 años o así cuando un chaval del colegio mayor que yo decidió tomarla conmigo. Era hijo de una profesora del colegio. Cada vez que me veía me soltaba una colleja, y un día me agarró del cuello y forcejamos hasta que me hizo sangrar por la nariz.Yo me lo callé mucho tiempo hasta un día que el Nelson de la vida pasó por mi barrio y decidió que era una buena idea hacer de matón a domicilio. Me estuvo puteando un rato hasta que ya entre lágrimas me planté debajo del balcón de casa y llamé a mi madre a grito pelado.
Se asomó. Le dije que un chaval mayor me estaba pegando. "¿Y qué quieres que haga yo?", y volvió para adentro. Al volver a casa más tarde me echó la bronca. Que nunca más volviese a llamarla por algo así, que si me pensaba que iba a bajar a defenderme.
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butifarrez rebuznó:
Se asomó. Le dije que un chaval mayor me estaba pegando. "¿Y qué quieres que haga yo?", y volvió para adentro. Al volver a casa más tarde me echó la bronca. Que nunca más volviese a llamarla por algo así, que si me pensaba que iba a bajar a defenderme.

Podrias decirle textualmente lo mismo cuando sea tan anciana que solo tenga el conocimiento justo para no manchar el pañal...

No te lo estaras inventando; no?! Porque la imagen que me estoy haciendo de tu madre es algo así:

Mommie_Dearest.jpg
 
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