He tenido la oportunidad de cruzarme en Madrid con Ana Ruiz en un par de ocasiones. Una de ellas, debía de ir con su novio y los padres de éste. No quiero desilusionar a todos aquellos que adoran a esta joven actriz, que desde que participó en el Club Disney ha robado muchos corazones, pero, al natural, pierde mucho, muchísimo, casi pasa inadvertida, hasta sus ojos, que iluminan la cámara, como los de Sara Carbonero en la Sexta, están más apagados a la luz del día que a la luz de los focos televisivos. Tenía ademas varios granitos en el rostro que la afeaban bastante, y la elección del maquillaje que eligió para disimularlos tampoco la beneficiaba en exceso. ¡Un gran chasco para mí también, señores!