El bedel
MUJER CON ENVIDIA DE PENE
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Se acercan las fiestas de Navidad. Lo sabemos por el frío, y también porque hace tiempo que los turrones y polvorones inundan las entradas de los supermercados, con sus celofanes y dibujos de paisajes nevados que prometen felicidad infantil o amor familiar en cada bocado. Los anuncios de perfumes nos ofrecen el disfrute de cuerpos que ni siquiera llegaremos a oler en nuestras vidas a cambio de 80 euros el frasquito, y en el trabajo nos preguntan cuántos décimos reservaremos para el Gordo... aunque en el fondo, sospechamos que lo máximo que habremos ganado dentro de un mes serán unas cuantas lorzas.
La Lotería Nacional se instituyó en Cádiz en 1812, como un medio para aumentar los ingresos del erario público. El primer premio gordo de Navidad correspondió al número 03604.
Desde hace más de 200 años, los niños de San Ildefonso han mantenido en vilo a generaciones de infelices con sus cánticos de sirenas. El "opio de la miseria" que engaña el árido presente con ilusorias promesas de futuro, como dijo Balzac...
- Estamos más muertos que tus esperanza de ser millonario, gñé
A pesar de las estadísticas, el ser humano -irracional por naturaleza- se resiste a la evidencia según la cual es más fácil ser alcanzado por un rayo que tocado por la lotería. Junto al sentido de la vida, una de las cuestiones irresolubles que más ha azuzado el corazón de los hombres ha sido encontrar el secreto del azar, la caprichosa fuerza que mueve a que unas terminaciones, como el 5, hayan sido mucho más premiadas que otras como el 1 o el 2. Numerosos libros de engorrosa matemática han sido publicados, sin que se sepa que los autores de los mismos se hayan hecho millonarios a base de comprar determinados boletos. Desechadas las matemáticas y la lógica como tabla de salvación de una pobreza segura, la esperanza del ser humano -irracional pese a todo- se vuelve hacia lo intangible, hacia aquello que, quién sabe por qué, podría funcionar: los dioses, la superstición... o, por qué no, la magia de los astros.
Es por eso que, como astrólogo oficial del foro, e investido de la confianza que innumerables foreros han depositado en mi desvelándome sus datos de nacimiento (y sus inquietudes), me propongo devolveros el favor en un acto de feedback kármico. Con la participación de todo el mundo en este juego esotérico, sacaré en unos días el número resultante, que será, si no me falla mi instinto arácnido, como mínimo tocado por la pedrea del Niño.
Según la numerología, cada persona nace con un número que le dará suerte y le guiará por los senderos de este valle de lágrimas. Este número se obtiene sumando una a una cada cifra de la fecha de nacimiento, y reduciéndola finalmente a una, del 1 al 9. He obtenido el número de cada uno de mis clientes (foreros que me han pedido una carta astral) y, para que también esté la cifra 0, la he adjudicado a uno de ellos, en lugar del 1, de manera que estén representadas todas las cifras (si bien no en la misma proporción, por caprichos de la astrología).
La mecánica es muy sencilla:
Cada uno votará durante los próximos días a un forero de la lista. Cuando el proceso finalice, se elegirá por orden de votación a la cifra numerológica correspondiente a cada forero, desde las decenas de millar a las unidades. Si surge alguna duda durante el juego, consultaré a mis clientes, quienes tendrán el privilegio de asesorarme.
La Lotería Nacional se instituyó en Cádiz en 1812, como un medio para aumentar los ingresos del erario público. El primer premio gordo de Navidad correspondió al número 03604.
Desde hace más de 200 años, los niños de San Ildefonso han mantenido en vilo a generaciones de infelices con sus cánticos de sirenas. El "opio de la miseria" que engaña el árido presente con ilusorias promesas de futuro, como dijo Balzac...
- Estamos más muertos que tus esperanza de ser millonario, gñé
A pesar de las estadísticas, el ser humano -irracional por naturaleza- se resiste a la evidencia según la cual es más fácil ser alcanzado por un rayo que tocado por la lotería. Junto al sentido de la vida, una de las cuestiones irresolubles que más ha azuzado el corazón de los hombres ha sido encontrar el secreto del azar, la caprichosa fuerza que mueve a que unas terminaciones, como el 5, hayan sido mucho más premiadas que otras como el 1 o el 2. Numerosos libros de engorrosa matemática han sido publicados, sin que se sepa que los autores de los mismos se hayan hecho millonarios a base de comprar determinados boletos. Desechadas las matemáticas y la lógica como tabla de salvación de una pobreza segura, la esperanza del ser humano -irracional pese a todo- se vuelve hacia lo intangible, hacia aquello que, quién sabe por qué, podría funcionar: los dioses, la superstición... o, por qué no, la magia de los astros.
Es por eso que, como astrólogo oficial del foro, e investido de la confianza que innumerables foreros han depositado en mi desvelándome sus datos de nacimiento (y sus inquietudes), me propongo devolveros el favor en un acto de feedback kármico. Con la participación de todo el mundo en este juego esotérico, sacaré en unos días el número resultante, que será, si no me falla mi instinto arácnido, como mínimo tocado por la pedrea del Niño.
EXPLICACIÓN DEL JUEGO.
Según la numerología, cada persona nace con un número que le dará suerte y le guiará por los senderos de este valle de lágrimas. Este número se obtiene sumando una a una cada cifra de la fecha de nacimiento, y reduciéndola finalmente a una, del 1 al 9. He obtenido el número de cada uno de mis clientes (foreros que me han pedido una carta astral) y, para que también esté la cifra 0, la he adjudicado a uno de ellos, en lugar del 1, de manera que estén representadas todas las cifras (si bien no en la misma proporción, por caprichos de la astrología).
La mecánica es muy sencilla:
Cada uno votará durante los próximos días a un forero de la lista. Cuando el proceso finalice, se elegirá por orden de votación a la cifra numerológica correspondiente a cada forero, desde las decenas de millar a las unidades. Si surge alguna duda durante el juego, consultaré a mis clientes, quienes tendrán el privilegio de asesorarme.