Pues ahora estoy releyendo los artículos de El federalista. El décimo artículo, de Madison, resulta esclarecedor porque avisa 200 años antes de lo que son las facciones partisanas en los estados modernos.
El caso es que a mí me parece que Trump no es un erudito precisamente. Obama tampoco, desde luego. No obstante Trump desea el poder sin límites, lo mismo que Obama o Roosevelt. También he leído las cosillas del juez Marshall.
Lo que saco en claro es que no se puede analizar la política estadounidense mediante las categorías españolas.
Madison no sé, pero si sé que a ninguno de los fundadores le gustaba la idea de partidos políticos.
También es verdad que hay historiadores que dicen que por no tener partidos políticos la Confederación no pudo mantenerse bien unida y eso les perjudicó a la hora de resistir. Eso es verdad en tiempos de guerra, pero nunca se sabrá si hubiera salido bien un sistema sin partidos si el Norte les hubiera dejado independizarse y a tomar por culo.
Para mí, salvo por el tema de la esclavitud, que obviamente tenía que desaperecer tarde o temprano, los Estados Confederados me parecen una versión MUY pero que MUY mejorada de lo que es Estados Unidos. Para empezar el tener un solo mandato presidencial de seis años, para que no ocurra lo que estamos viendo ahora, que parece que gobierna tres porque el último lo pierde intentando ser re-elegido en vez de aplicando su programa.
Trump básicamente secuestró el Partido Republicano, que a su vez en los 90 fue secuestrado por los neocons léase Cheney/Rice, y que ha estado pasando olímpicamente de su base electoral demasiado tiempo porque como buenos elitistas les importaban una mierda el ciudadano medio.
Me fio bastante de él y de que no tiene nada serio que ocultar a parte de evadir impuestos y follar guarrillas, porque sólo alguien así se arriesga a cabrear y enfrentarse a la vieja guardia del partido republicano. Por no hablar de los demócratas, que son casi tan HDP como aquí el PSOE.
Poder absoluto para nada. Pero si cambiar las cosas y quiere lo mejor para América. No es ningún dictador en potencia. Es más, le falta mano dura, yo soy él y no me lo pienso dos veces en mandar a la Guardia Nacional a repartir ostias a todos esos cabrones que están haciendo disturbios, creando comunas en Seattle y quemando negocios.
Lo que sí puede ocurrir es que alguien después de él si sea un auténtico HDP. Tarde o temprano va a ocurrir. Ya está todo el aparato en su lugar para una dictadura enmascarada de ley marcial por alguna emergencia nacional, legado de los neocons y todo el estado de alerta y espionaje que montaron tras el 11 de Septiembre.