Lo bueno que tenían es que eran consistentes. Un mazacote. Excepto las piernas, que se rompían por las gomas, como las de los G. I. Joes. Pero eran mazacotes que daba gusto cogerlos (en un sentido no latinoamericano), te llenaban la mano. Los hicieron así como respuesta a los pequeños muñecos de Star Wars, que eran la fiebre aquella época.
De la serie no recuerdo nada, pero probablemente una birria, sí.