De tenerlo todo a levantarse por la mañana y caen en la cuenta de que no tiene nada. Ni dinero, ni familia, ni perrito que la ladre, ni casa, ni trabajo, ni amigos, ni reputación, ni respeto social, ni salud mental, ni libertad; nada. Me pregunto qué se sentirá cuando siendo una niña y viendo que tiene de todo lo que sus amigas no tienen, de repente un día tomas conciencia de adulta, sabes que has dejado atrás la niñez y que empiezas a tener mentalidad de mujer. Y al tomar conciencia de tu nuevo fase vital que mires a tu alrededor y sepas que eres la hija única de una familia tradicional con estabilidad económica, patrimonio y respeto social. Y que tienes la vida resuelta, que eres una chica normal, con unas capacidades normales y que con este colchón de dinero y educación tienes medio camino allanado hasta tu tumba. Y que des un vuelco a tu vida de tal manera que te veas entre rejas con el recuerdo recurrente de llevar un cadáver, aún caliente, en el maletero del mercedes de tu padre hasta una cuneta y dejarlo tirado.