Lo jodido de este disco es que nunca se va a saber cómo pudo haber sido. Algunos se habrán alegrado de tener al final una referencia -porque no deja de ser eso, una referencia-; otros, entre los que me incluyo, casi que habríamos preferido dejar para siempre este Smile en el mundo de las ideas. No sé, hay cosas que no me agradan mucho aquí: las nuevas voces, las nuevas remezclas, un Brian que obviamente no es el mismo que en 1967,... Pero por encima de todo me molestan las hipócritas críticas que se han dado a este disco; es imposible que una obra tangible, real, como ésta no decepcione al compararla con lo que siempre se nos ha vendido, "una obra casi divina que nunca pudo realizarse". ¿Cómo puede no defraudar algo así?