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Jesus, yo me pongo el Domingo a puntuar. Quise hacerlo antes, pero ya tu sabes, cosas del ban.
 
1. Aly, Walk With Me 8
2. Hallucinations 8
3. Lust 7
4. Dead Sound 8,5
5. Black Satin 7,5
6. Blush 6,5
7. Expelled From Love 6
8. You Want The Candy 9
9. Blitzed 8,5
10. Sad Transmisson 8,5
11. With My Eyes Closed 8
12. The Beat Dies 6

MEDIA: 91,5/12 = 7,625


Suenan a los Jesus and Mary Chains pasados por filtro, más melódicos, tapando la distorsión que, en algunos temas, hacía chirriar los oidos del respetable. No me parecen la panacea, pero son muy escuchables.
 
Por favor, a partir de ahora o King Crimsons y Rory Gallaghers o por otra parte Kim Fowleys y Juanes Antonios Cantan. En serio.
 
Sir Ano de Bergerac rebuznó:
Prometo escuchar el disco, muchacho. Ya te comentaré.
Te lo agradezco, pero eso no va a cambiar el hecho de que este hilo se muere... y a mí me da mucha pena, en serio, porque creo que es el mejor hilo de todo el foro. Ha habido semanas divertidísimas de tirarnos piedros unos a otros, y a mí personalmente me ha servido para descubrir grupos que ahora me encantan, como Gogol Bordello, Bigott o Broder Daniel.

En fin, es una lástima, pero si la gente no participa este hilo no tiene ningún sentido. :cry:
 
No se va a morir. En un mes o así volvemos con más ganas que nunca. Si no recuerdo mal ya se hizo el año pasado.
 
Este hilo no va a morir porque a mí no me sale de los cojones. Esta semana va a tocar algo muy especial:

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Ludwig van Beethoven: Symphony No.9 in D minor, Op.125. "Choral".

Berliner Philharmoniker – Herbert von Karajan
Janet Perry - Soprano
Agnes Baltsa - Contralto
Vinson Cole - Tenor
José van Dam - Barítono
Wiener Singverein


1. Allegro ma non troppo, un poco maestoso
2. Molto vivace
3. Adagio molto e cantabile
4. Presto -
5. Presto- "O Freunde, nicht diese Töne!" -Allegro assai


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Junto a La Pasión Según San Mateo de Johann Sebastian Bach, LA OBRA MÁS GRANDE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, la Capilla Sixtina de la Música, la BSO del Paraíso, la obra por la que nos conocen en las estrellas, el jodido abismo.

Y, además, dirigiendo un nazi: Karajan.

Hala, a tomar por culo.
 
No me bajo los enlaces porque resulta que tengo el disco y lo tengo muy escuchado ya. Como bien dice Uncle, La 9ª es una de las grandes creaciones absolutas de la historia de la humanidad. Particularmente me encanta ese toque Karajan de difuminar todos los planos sonoros en la mezcla final. A algunos no les gusta porque se "pierden" voces, pero para mí encanta, parece que la música fluya con más soltura.

Nota: 10. El que valore con menos nota esta amez no es que no tiene ni puta idea.
 
Bah, eso lo hago yo con el reason.

Otra mierda de disco, así ¿que cojones vas a levantar?.

Lo que habría que hacer es abrir un hilo, Puntuamos DVD y nos ponemos a puntuar tu y yo el circus y mierda endogamica non stop.

Eso si tienes tiempo, que ya se que ahora tienes mucha gente a la que ver y muchas cocacolas que pagar.:lol:
 
Pues a mí con Karajan me pasa lo mismo que con el Yoyo del violonchelo, que me parecen nubecitas de caramelo bañadas en chuculata y me acaban dando bastante grima, qué quieres que te diga. También es verdad que Yoyo me empalaga bastante más.
 
Cuestión de gustos, supongo.

La verdad es que he puesto la de Karajan por la relación calidad/sonido.

P.D: Por cierto, esto hay que escucharlo con los altavoces a tutti pleni.
 
Uncle Meat rebuznó:
Cuestión de gustos, supongo.

La verdad es que he puesto la de Karajan por la relación calidad/sonido.


Yo me lo he bajado, pero solo para ver lo que se siente escuchando musica clasica.

No por que me guste o por que no tenga otro disco que escuchar, no, lo voy a escuchar por si tiene alma.
 
Sombrerero Loco rebuznó:
No por que me guste o por que no tenga otro disco que escuchar, no, lo voy a escuchar por si tiene alma.

:face:

Si hay una música con alma, pasión y cojones, es la de Beethoven.
 
Uncle Meat rebuznó:
:face:

Si hay una música con alma, pasión y cojones, es la de Beethoven.


No lo dudo, pero ¿Sabes que pasa? Que últimamente, -hace como 20 años- que me reservo esa música para cuando este tetraplegico, me cague encima

De todas formas mira lo que escribio un conocido que le gustan mucho mas pollas.



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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]BAKALA EN CRISIS[/FONT]
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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] Conozco a un chico que está atravesando una severa crisis de identidad. Se llama Aarón, tiene veinticuatro años, vive en Villaverde y es encofrador y bakala. Esto último, lo de ser bakala, bastaba hasta hacía bien poco para colmar su vida de sentido. Le habían traído a este mundo para honrar las virtudes de la máquina y contribuir a extender su palabra. Para ello tuvo que convertirse en un discjoquey, una decisión que le había reportado cinco largos años de intensas satisfacciones. Y es que Aarón no era un mal dj. Era un dj correcto, limpio, lo suficientemente eficaz como para labrarse una reputación en su barrio o como para que le dejaran pinchar de vez en cuando en algún garito del centro. Su entusiasmo por los portentos de la música electrónica y la admiración que, gracias a ella, otros le profesaban era todo cuanto necesitaba para disfrutar de una existencia plácida, y no veía motivos para que nada de esto tuviera que cambiar. [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Aarón tenía tres colegas por encima de todos los demás: el Cuco, el Chino y el Jonás. Los cuatro compartían una cordial camaradería con Aarón como buque insignia en todo lo referente a cualquier tipo de iniciativa. Tenía, además, un hermano tres años menor, el Moisés, un auténtico pieza que llevaba aún más carrerón que él a pesar de su edad. Moisés también aspiraba a pinchar algún día como su hermano, pero por el momento se conformaba con poder presumir de él.[/FONT]
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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Y tenía a la Jenny, la jaca más deslumbrante de las que paraban por el parque. La Jenny no se juntaba con cualquiera, no se vayan a creer, y hablaba lo justo porque había descubierto que cuanto menos aportara a este mundo, más fascinación sentiría el mundo por ella. Además, era la máquina de follar más perfecta de la que Aarón tenía noticia. Y le había elegido a él.

Sólo un pequeño nubarrón planeaba sobre el karma de nuestro héroe: cada vez se le hacía más evidente que el techno o cualquiera de sus derivados le estaban empezando a aburrir. Esto no sucedió de la noche a la mañana, y durante los primeros meses pudo tranquilizarse achacándolo al mal criterio de los distribuidores, a una crisis creativa por parte de las discográficas, o a un simple fenómeno cíclico con el que culminan todas las etapas doradas. Pero cuando se encadenaron tres temporadas flojitas, Aarón tuvo que rendirse a la evidencia de que tal vez el problema no fuera tan colectivo como a él le gustaría. Poco a poco dejó de comprar música nueva, aunque todavía pinchaba cuando las circunstancias se lo exigían, cosa que aún sucedía con relativa frecuencia.
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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]De regreso precisamente de una de estas veladas, Aarón y Jenny no se sincronizaron. Sus padres se habían ido al pueblo como tantos fines de semana, y Moisés había aprovechado la coyuntura para esfumarse hasta el domingo. El plan consistía en hincharse a follar, y lo habrían cumplido a rajatabla si la Jenny no hubiera parado de husmear toda la noche hasta dar con una pequeña cantidad de ketamina de la que nadie supo nada hasta después de desaparecer por su nariz. De manera que la química que en otras ocasiones acostumbraba a espolear a la amazona que había en ella consiguió en esta ocasión anestesiarla, y la Jenny se desplomó sobre la cama como si le hubieran reventado los sesos con un bate de béisbol. [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Pero Aarón no tenía sueño, e incauto, se puso a ver la tele. Pocas opciones a esas horas, así que no tuvo más remedio que darle una piadosa oportunidad a un bodrio lleno de tíos empelucados que cantaban mariconadas antiguas, Amadeus, olvidando que aún tenía media pastilla disolviéndose en su estómago. Probablemente fuera por el efecto del éxtasis, que le hace a uno ser más tolerante hasta con los tostones más infumables, por el insomnio o por puro masoquismo, el caso es que terminó encontrándole el punto, y eso que el protagonista era irritante y todas las mujeres, aunque tetonas, aparecían sepultadas bajo toneladas de encajes. Aarón no podía presumir de tener un espíritu crítico, pero bien avanzado el metraje tuvo que detenerse a descartar que la gracia de aquello estuviera en los actores, en la historia, o en los exagerados escotes empolvados a los que el menda en cuestión era tan aficionado. ¿Qué era, entonces, lo que le estaba ayudando a tragársela sin reparar siquiera en el cerco de sudor químico sobre el que llevaba dos horas sentado? Vaya, ahora parece que el protagonista se pone enfermo. Normal, el hijo puta no para de beber y en esos palacios tenía que hacer un frío del carajo. Por mucho menos se moría en aquellos tiempos, y éste está a punto de caramelo.[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]En realidad quedaba media hora larga, pero daba igual, porque algo de lo que vio cinco minutos más tarde, o mejor dicho, algo de lo que escuchó, bloqueó la poca capacidad de concentración que le quedaba. El protagonista estaba tan enfermo que apenas podía tenerse en pie. El público aplaudía, delirante. Deliraba el público, deliraba el protagonista y deliró Aarón por un instante, víctima de un cuadro agudo de intoxicación, de un fatídico pico en sangre que quiso Dios que coincidiera con el estímulo más sublime con el que jamás se habían tropezado sus sentidos. Deliró como un moribundo al que, sin haber abandonado del todo este mundo, se le abren frente a si las puertas del cielo. Densas fumarolas se elevaban frente a un forillo estrellado. Círculos concéntricos enmarcaban a una mujer de negro. Todo un cosmos de cartón piedra se estremecía con los gritos de una madre. Era [/FONT][FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]la Reina de la Noche jurando venganza.[/FONT]

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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]El impacto que causó este breve extracto sobre el narcotizado Aarón fue devastador. Balbuceó, se puso en pie, vaciló un momento. Miró su cartera: tenía suelto. Se asomó al pasillo. Jenny roncaba; estupendo. Salió al rellano cerrando la puerta como si su vida dependiera del sigilo, y una vez libre, bajó a la calle corriendo, dopado e imparable. Eran las nueve de la mañana de un domingo, así que el video club estaría cerrado y tendría que ir al automático, poco amigo de películas tan antiguas. Pero la fortuna estaba de su parte, porque aunque perdió un billete de veinte mientras rebuscaba en los bolsillos, pudo encontrar una flamante copia que debía llevar más tiempo sin ver la luz que el vídeo de su comunión. [/FONT]​
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Las cuarenta y ocho horas que la tuvo en su poder le supieron a poco. Tenía que conformarse con ese fragmento de pocos segundos, que repetía una y otra vez mientras encadenada un porro con otro. Lamentablemente, la salita era uno de los puntos más solicitados de la casa, y lo último que Aarón quería en esos ratos eran testigos. Mucho más discreto sería hacerse con una copia en CD, ya no de la película, sino de esa cosa en concreto, para poder escucharla en la intimidad de su habitación. ¿Pero en qué coño estaba pensando? ¿No pretendía comprarse una ópera?[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Devolvió la película con la esperanza de que su obsesión se fuera esfumando, pero esto no ocurrió. Sus neuronas estaban acostumbradas a refractar compulsivamente compases cíclicos, a falta quizás de otras actividades en las que volcarse, y los gritos de la señora de negro eran tan compatibles con esta actividad como cualquier base electrónica. Seguramente si se saturara de escucharlos podría dar por zanjado el asunto. El fin de semana siguiente sus padres volverían al pueblo. Podría decirle a la Jenny que estaba enfermo, ella nunca iría a visitarle y tendría toda la casa para él solo. Además, llevaba meses guardando una china de opio para cuando se presentara una ocasión especial. La inquietud volvió a él al descubrir una leve sensación de euforia mientras planeaba todo esto. [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Para una persona de las características de Aarón, acudir a Madrid Rock con el propósito de comprarse una ópera eran palabras mayores. Era una operación deshonrosa que requería templanza y disimulo. Pero no ayudó el hecho de que la sección reservada para la música clásica estuviera en una habitación aparte, cerrada, aunque también tuvo que reconocerle su lógica, ya que aquello sólo podía ser considerado como música por un porcentaje ridículo de la población que con toda seguridad también desearía discreción al tener que comprarla. En efecto, empujar aquella puerta resultó tan poco discreto como ir escoltado por una chirigota, y nada más entrar sintió las punzantes miradas de tres vendedores perforándole con estupor e indignación. Él era el único cliente. Y ya veríamos si lo era.

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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]No les necesitaba porque todo estaba en orden alfabético, y comportándose como si estuviera acostumbrado a moverse en recintos tan solemnes, se arrimó a una de las estanterías y empezó a rastrear hasta llegar a la M, pero… ¡mierda! no la tenían. Tenían óperas para aburrir, pero qué casualidad, justo faltaba esa. Ahora tenía que decidir, y rápido, entre preguntar a alguno de los hostiles vendedores o caminar hasta la Fnac para ver si ahí podía conseguirla sin hacer preguntas. Pero antes de llegar a una conclusión uno de ellos lo hizo por él. “¿Buscas algo?” Era calvo, escuálido, sin barbilla, con una nariz vertical que amenazaba con lanzar al vacío las gafas que sujetaban. [/FONT]​
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] En su camisa llevaba una placa con su nombre, Orlando. Maricón, seguro. "La flauta mágica", Aarón estaba sobresaltado; se había arrimado sigiloso, el muy ladino. Con un movimiento parsimonioso de su huesuda muñeca sacó una copia que tenía frente sus narices desde hacía un rato, y de la que había suficientes ejemplares como para ocupar toda una balda. La situación no podía ser más ridícula. Ahí estaba él, a punto de perder treinta euros en una mierda que no le iba a gustar y de la que ni siquiera podía distinguir el título porque sencillamente venía en un idioma marciano e imposible.[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]“¿Buscabas alguna versión en concreto?[/FONT][FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]” No satisfecho con su infame condición, Orlando era sudaca, y a Aarón incluso le pareció intuir en su mirada algo parecido a una tentativa de complicidad. "Me la suda", "¿Seguro? En ésta Sumi Jo matiza la coloratura de una manera pasmosa.", "Pues no se hable más." Treinta y seis euros, lo dicho, a la basura. Orlando se despidió con una sonrisa tan melosa y enervante como el título de la cosa aquella que acababa de comprar, y a Aarón le entraron ganas de patearle su brillante gepeto de tortuga remolona para que descartara, de una vez por todas, cualquier presunta convergencia entre ellos dos con la que pudiera estar fantaseando. Tres mujeres seguratas flanqueaban la salida, pero en lugar de escudriñarle con recelo como habría cabido esperar, las tres le corearon al unísono: “¡Gracias por tu visita! ¡Hasta pronto!”.

Superado el trance, todo eran facilidades de vuelta a casa. Moisés estaría muñoneando con sus colegas hasta la mañana y mama y papa no vendrían hasta el domingo por la noche. Se encerró en su habitación y abrió los CDs (eran tres, nada menos, a saber dónde estaría la canción que le moló), y descubrió que llevaba un libro escrito en tres idiomas, pero vaya por Dios, ninguno era español. Traía, además, algunas fotos en deprimente blanco y negro de tíos y tías sonriendo, y todos se parecían a Luis Cobos o a Teresa Rabal, menos una que era china. Como producto, no podía ser menos atractivo. Se comió el opio, se quedó desnudo y esperó fumando porros a que le pegara el pelotazo, cosa que ocurrió cuarenta minutos más tarde. A continuación, le dio al play y apagó la luz. Estaba sentenciado. [/FONT]

[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Pasadas tres semanas, todas las personas cercanas a Aarón estaban desconcertadas. La media hora desde que se levantaba hasta que se marchaba al curro se la tiraba escuchando el coñazo ese, y a la noche la emprendía de nuevo hasta que caía redondo. A veces se rayaba con un corte y lo ponía tres, cuatro o cinco veces seguidas. A veces se la chupaba enterita como un campeón desde la obertura hasta el remate final con recitativos y todo. Al principio nadie se percató de lo que estaba sucediendo porque, avergonzado de si mismo, la escuchaba con cascos. Pero al final se le inflaron los cojones, y como aquel que sale del armario, subió el volumen y abrió puertas y ventanas. Si el destino había querido preservar tales prodigios para que llegaran hasta él doscientos años más tarde, ¿qué menos podía hacer para contribuir con este círculo cósmico que derramarlos sobre su casa y su barrio? [/FONT]
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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Llegó a sorprenderse a sí mismo entrando en internet para investigar qué es lo que podía estar pasando debajo de una música tan milagrosa. Encontró todo lo que necesitaba con mucho menos esfuerzo del que creía, y se sintió como si tuviera una amante muda que, súbitamente, había roto a hablar para contarle todo lo que le había pasado en la vida; una vida un poco tonta, mojigata, vetusta e infantil a la vez; y al mismo tiempo, muy digna de albergar tal desfile de proezas. [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Pero ni sus padres, ni el Moisés, ni la Jenny estaban preparados para una metamorfosis tan drástica, y no tardaron en sublevarse. “O follamos con techno como toda la puta vida o no follamos”. Porque Aarón no estaba dispuesto a prescindir de aquello ni siquiera en los momentos de más candente intimidad, y no es que a la Jenny le molestara tener que compartirle, pero sí encontró dificultades para congeniar su libido con el carillón de Papageno, la pobre. Moisés fue probablemente el que se sintió más traicionado: “Como cuando suba luego con el Pablito y el Sami esté sonando la mariconada esa te parto la cara, hijo de puta”. Y Hortensia y Germán, los desorientados progenitores, encontraron un nuevo motivo de inquietud, éste más que insospechado: “Hijo, hemos hecho todo lo que hemos podido para hacer de ti un hombre de bien. Es posible que hayamos cometido errores. Si estás intentando reprocharnos algo, aquí nos tienes”. Con el Chino, el Cuco y el Jonás sería diferente. Ellos lo entenderían. ¿Acaso no lo hacían siempre? [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] Esperó a una mañana de domingo en la que llegaron todos empastillados a un zulo que tenían alquilado en unos bajos comerciales, y cuando se abrió el debate inevitable sobre qué música poner, Aarón corrió al equipo antes de que nadie pudiera adelantarse y sacó los CDs con mucho cuidado de no enseñar la carátula, que ya hemos quedado en que era espantosa. “Escuchad, sólo me interesa que prestéis atención al final de este trozo. En total dura unos seis minutos, pero tenéis que joderos y escucharlo entero porque si no la parte que mola no hace efecto.” Silencio, expectación, rechinar de muelas. [/FONT]
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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Estalló la música, y una sucesión de bufonadas y parloteos orquestados inundó la habitación como si alguien hubiese cargado una máquina de gotelé con un pastel de boda. Intercambio de miradas. Treinta segundos; Cuco: “No me jodas…”,“Shhhhhh. Calla la puta boca. No es esto lo que quiero que escuches”. Tácito voto de confianza. Medio minuto más. Sonrisas disimuladas. “Que os calléis, cojones”.Tres minutos y medio: una risa sofocada. “¡Sois unos hijos de puta! ¡Para una puta cosa que os pido!”. Cuando, a los cinco minutos y medio llegó la frase que Aarón esperaba, en la que las tres damas le susurran a Tamino: “Tres muchachos jóvenes, bellos, graciosos y sensatos os acompañarán en vuestro viaje ”, ni el Chino ni el Cuco ni Jonás podían escuchar otra cosa que no fueran sus propias carcajadas.[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Pues nada, la había cagado con la elección. Le estaba bien empleado por gilipollas. El momento era cojonudo, sí, pero toda la escena previa le aburría hasta a él. Tendría que haberles puesto la canción que le flipó a él en la película. Por muy subnormales que fueran eso no podía dejarles indiferentes. O cuando la reina promete a Tamino la mano de su hija. O cuando los tres muchachos evitan que Pamina se suicide. Cualquier otro momento habría sido mejor que la puta escena del candado. La culpa era de Papageno, que era un puto payaso. A saber cuándo podría volver a pillarles receptivos.[/FONT]
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[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Han pasado diez meses sin encontrar otra oportunidad y las cosas no han ido a mejor, porque resultó que Mozart, aunque murió joven, tuvo tiempo suficiente para escribir otras diecinueve óperas, y diecinueve óperas son muchas óperas para un año. Así que, en fin, que Aarón ya no sabe a qué atenerse. A ojos de cualquier desconocido sigue siendo un bakala, pero a él no le queda más remedio que ser franco consigo mismo, ser implacable: lo suyo es un burdo disfraz. Debería dejarse crecer el pelo, quitarse los oros y camuflarse entre la mediocridad a la que ahora pertenece. Hay noches en las que se obliga a salir de fiesta con sus amigos con la remota esperanza que otro milagro, otro “clic” químico, le redima de golpe. Si ya sucedió una vez, ¿no podrá suceder de nuevo?[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]La mañana raspa los tejados en Villaverde. Aarón está tendido sobre la cama, sudado, colocado, más vacío que nunca. Los tres muchachos hacen lo que pueden: “Sé constante, paciente y discreto”, pero no consiguen nada. Está solo.[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Urdu.[/FONT]
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Sombrerero Loco rebuznó:
Yo me lo he bajado, pero solo para ver lo que se siente escuchando musica clasica.

No por que me guste o por que no tenga otro disco que escuchar, no, lo voy a escuchar por si tiene alma.

Vaya, vaya, vaya... ¿Pero no es el cerdo y maloliente Costra en carne y seso? ¿Cómo está vuestra merced? ¿Cómo está la damajuana podrida de aceite de baratillo? Venga, a ver esos yarboles, si es que tienes yarboles, so maricón. ¡Blandengue! :lol: :lol: :lol:

Espero que el espíritu del divino divino Ludwig se te aparezca esta noche y te introduzca el cornetín por tu sucio cagacaga.
 
Sombrerero Loco rebuznó:
No lo dudo, pero ¿Sabes que pasa? Que últimamente, -hace como 20 años- que me reservo esa música para cuando este tetraplegico, me cague encima

¿Y qué tendrá que ver? Además, no guardes mucho para el postre, que esto son dos días.
 
¿Y qué tendrá que ver? Además, no guardes mucho para el postre, que esto son dos días.

No pero es que físicamente e intelectualmente me veo incapaz de abarcar mas, no tengo tiempo para escuchar mas, así de claro, así que supongo que al igual que me acabo pasando con el cine, las típicas obras muy valoradas tardare tiempo en que me llenen por que de momento lo hacen y mucho otras cosas.


hace unos meses me compre el maggot brain...

...te prometo que la experiencia nada tuvo que ver con todas las veces que lo había escuchado en cd o en mp3, pero tampoco fue igual que cuando lo escuche coon 17 años en un buen equipo y me parecio un toston, una paranoia y una puta mierda, esta vez se abrió el suelo bajo mis pies y llevo encerrado desde entonces.

Vamos que la música clásica me queda a años luz aun, hace poco le escuche a Raimundo amador decir que no fue hasta casi ser pureta que dejo de pensar que los beatles eran grupo de moñas, quiero decir que no pienso que este en una situación anormal, vamos, es que yo igual no soy como vosotros.:lol:

me explico, yo ni me acuesto con putas ni me levanto con ellas, conozco mis principios y me conozco a mi mismo que es mucho mas de lo que la mayoría pueden decir.
 
Sombrerero Loco rebuznó:
Vamos que la música clásica me queda a años luz aun

¿Y no tendrá algo que ver con esto el hecho de que la asocies con puretas estirados y cosas por el estilo? Yo soy el primero que odio esas mierdas y a los que van a un concierto por hacer el paripé y no son capaces ni de retener tres notas seguidas, pero hace tiempo que desligué la música de lo demás. Esto no es música para las clases altas, ni para los cultos, ni para puretas tetrapléjicos, ni para viejas con caniche, ni para mafiosos que fuman puros, esto es música que puede disfrutar un niño.

Que no digo que sea tu caso, pero siempre está bien aclarárselo a los pueblerinos que nos leen.
 
Está claro ni Beethoven ni la música culta (mal llamada clásica) entran a la primera, al igual que pasa con otras manifestaciones del arte.

De hecho, el primer CD de clásica que compré fue éste. Había comenzado mi carrera en el conservatorio, pero aún no me había puesto de lleno a escuchar "clásica" (un error imperdonable por mi parte, pero ya subsanado con creces). Me sentí obligado a comenzar por la 9ª beethoveniana y así lo hice. La primera vez la escuché del tirón, y he de decir que me pareció un galimatías indescifrable, incomprensible. Pero en las sucesivas escuchas, te vas quedando con los motivos principales, vas memorizando la estructura, ya sabes lo que vendrá después, te vas preparando para lo siguiente, "ahora viene el climax, ahora...". Tu oído se va aclimatando a ese lenguaje musical.

Algún tiempo después ya me tragaba la 8ª de Bruckner enterita, incluso 2 veces en un día.

Los comienzos son duros, pero al final tu cerebro se adapta, y aprende a disfrutar de ésta música. Una vez logrado esto, te conviertes en un ente superior, capaz de contemplar la totalidad de la creación, siendo capaz de encumbrarte hasta los aposentos del creador supremo para matarlo, cortarle la cabeza y sodomizar sus esfínteres hasta que se conviertan en agua verdosa y espesa.
 
Me ha molado la historia que cuenta el Costra.

Hoy va a ser la primera vez que escuche una sinfonía completa de Beethoven (:face:), ya tengo preparados los altavoces del home cinema y los psicotrópicos, mi única labor en todo el día será prepararme para este rito de purificación. Espero que haya un antes y un después tras esta experiencia, si me defrauda iré hasta Granada para matarte con mis propias manos Uncle.

Ya puestos podrías colgar una buena versión de La Pasión Según San Mateo completa para terminar mi sesión de onanismo espiritual.
 
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