Hola, mariconazas. Soy Justo Gallego y esta es mi bufanda roja, que está un poco desmejorada.
Me recordaréis del anuncio de una bebida con nombre de horóscopo, si es que me recordáis. Mi historia es una historia de constancia, entrega, sacrificio, de
FE.
Llevo 40 putos años levantándome cada mañana para construir mi propia catedral. Cualquiera puede venir a visitarla y será bienvenido para pasear por ella como si fuera suya. Podréis verme trabajando allí.
Y si me miráis bien, parece que no hago nada, que estoy con la carretilla de aquí para allá soltando frases grandilocuentes pero doblando poco el espinazo, incluso para lo que puede abarcar un hombre de 90 años.
Algunos podrán decir que mi catedral es un fiasco, pues está sin acabar y así seguirá cuando yo pase a mejor vida. Que para qué seguir trabajando en algo que nunca llegará a ser lo que quise que fuera.
Esos algunos son unos hijos de puta que jamás conseguirán nada. Pobres infelices que abandonan antes de poner el primer ladrillo, que miran satisfechos desde la distancia, contentándose con sus miserias y con sus "metas alcanzables".
Yo no sé arquitectura, no sé de ingeniería, y puede verse en los murales y vidrieras de mi obra que sé mucho menos aún de arte; pero uno de los artistas más importantes de la historia,
Michelangelo Buonarroti, dijo lo siguiente:
El mayor peligro para todos nosotros no es ponernos una meta demasiado alta y fallar, sino que sea demasiado baja y la alcancemos.
Día a día, ladrillo a ladrillo, es como se consiguen los más grandes logros, mirando siempre al suelo sin olvidar nunca el objetivo final. ¿Cómo subes las escaleras del Empire State Building? Peldaño a peldaño. Y quizá nunca llegues a la azotea, pero en el peor de los casos, ya estarás más arriba que la mayoría de mortales.
Look, look at my fucking balls:
Esto es lo que hace un
hombre con voluntad y paciencia.